Me adentré en las rimas, aun sigo entre ellas, busco a las musas que huyeron de un mundo, que las mantenía cautivas, y me declaró en rebeldía, por romper sus cadenas, y liberar su poesía, al que niego el derecho, de negociar con mi hambre, poniendome un precio, si las regreso a su encierro.
Ofrezco mis rimas, libres, y proscritas, delen el valor, que crean se merezcan, solo les pido, que las protejan de un mundo que las encadena, y silencia, poniendoles precio.
Creo que seguiría escribiendo, como sigo viviendo, sin protagonismo ni papel secundario. El planeta está herido, los inocentes mueren como ruiseñores qué caen de lo más alto de sus sueños en un mundo que sigue su curso. Seguiría interpretando mi papel de siempre y en mi dulce anonimato.