Hermoso encuentro, Fer! Felicitaciones por haber generado tanta energía durante estas jornadas. Los que estuvimos presentes disfrutamos como nunca!!! Que se repitan siempre!!! Gracias gracias y gracias!
Señor Potts: La disputa con el Reino Unido por la soberanía de las Malvinas es un tema poco conocido por el pueblo argentino en general. A título personal, entiendo que esta falta de conciencia, es la prueba inequívoca de la falta de una política de estado para tratar con seriedad la recuperación de los territorios insulares del archipiélago austral argentino. Sin embargo, la contraparte (ustedes, los piratas usurpadores) han logrado instalar con fuerza, una campaña de concienciación pro-británica que hace años está presente en nuestra sociedad y continuará estando en el futuro, siempre y cuando nosotros lo permitamos. Esta campaña propaga la leyenda negra de que nuestro país no tiene ningún derecho legítimo sobre Malvinas porque la toma de posesión realizada el 6 de noviembre de 1820 por el Cnel. de Marina David Jewitt no otorgaba derechos a nuestra Nación, en base de que el Sr. Jewitt era de ciudadanía norteamericano. Además, siempre de acuerdo con esta nefasta versión de los pro-británicos, el establecimiento de un poblado argentino en Puerto Soledad, a partir del nombramiento de Luis Vernet como Gobernador Político- militar de las Islas, tampoco constituyó un fundamento jurídico de soberanía argentina, en consideración de que Vernet era de nacionalidad austriaco-germano y su presencia en Malvinas obedecía a intereses comerciales, apoyados en un fuerte componente de piratería. He escuchado estos dos absurdos de boca de “licenciados en Derecho Internacional”, formados en prestigiosos Instituciones Nacionales del Derecho Internacional. Cualquier ser que use el raciocinio se da cuenta de que la nacionalidad de las protagonistas de ambos eventos no es la base del derecho a título, sino que esa base está en la organización jurídico-política de las Provincias Unidas del Río de la Plata que declaró su independencia de la Corona española, el 9 de julio de 1816. Con ese acto, y conforme a los principios del Derecho, los límites territoriales de las Provincias Unidas serían las mismas fronteras delimitadas por el Virreinato del Río de la Plata, constituido en 1776 e incluían las Islas Malvinas. Todo otro argumento es pura especulación mezquina. El otro factor predominante en la dilatación de la recuperación de nuestro legítimo territorio, es la actitud intransigente de la comunidad multinacional que representa la ocupación ilegítima británica en esas tierras. No es ningún secreto que, desde 1976, el gobierno británico ha sustituido el eje de la disputa: la soberanía, por otra cuestión que no tiene cabida en el asunto bilateral: la prioridad de la autodeterminación de esa comunidad exógena. Nuevamente debo observar aquí que los ingleses han intentado instalar el tema de la autodeterminación de los isleños en la opinión pública porque la política nacional en cuanto al tratamiento de la cuestión ha sido siempre errática. Usted, Señor Potts, es un “tonto útil” de esa herramienta colonialista que intenta imponer Gran Bretaña. Para clarificar este concepto, cabe un breve análisis del principio de la autodeterminación de los pueblos. El derecho de la autodeterminación es un principio político otorgado a pueblos indígenos sometidos a dominación extranjera y que desean librarse de ese sojuzgamiento. Como acabo de decir, los habitantes de Malvinas no son descendientes de un pueblo indígeno, sino colonos oriundos de las islas Británicas, implantadas allí a partir del arrebato inglés del territorio en 1833. Por lo tanto, está fuera de toda discusión de que en las Malvinas jamás hubo un pueblo en la aceptación que la expresión tiene el Derecho Internacional. Más aun, desde y durante la ocupación inglesa del territorio. Un grupo de colonos introducidos al territorio, sobre la base de la eliminación de la población establecida y en posesión efectiva, un conjunto de personas funcionarios de la potencia administradora o empleados y obreros de una empresa monopólica cuya casa matriz está radicada en la metrópoli, no es un pueblo. Por otra parte, no se reconocen ellos mismos como comunidad original y distinta de la metrópoli, no sienten la ocupación o la dominación colonial como un insulto a su ser propio y no quieren una vida independiente y distinta del pueblo británico. Pues, claro está que, en el caso de Malvinas, como no hay un pueblo en el concepto jurídico de la palabra, no puede existir el derecho a la libre determinación, por falta del titular del derecho. Pero sí, hay una ocupación colonial extranjera, lo que significa que el principio de la libre determinación, en cuanto a la expresión de la ilicitud del colonialismo se refiere, se manifiesta en su verdadero sentido en el reintegro del territorio ilícitamente ocupado a su legítimo soberano. Irónicamente, esa comunidad ocupante tiene un hermoso lema “Desire the right”. En español, esto significa: “Deseo el derecho, o la justicia”. Es decir, pregonan desear el valor de la justicia, un anhelo permanente de los seres humanos y de las naciones. Sin embargo, ese lema del emblema que distingue esa comunidad isleña resulta ser un despropósito a la luz de que la colonia británica en las islas fue creada, y se mantiene, en violación del derecho - o la ley - y cuyo estatuto jurídico reposa en el desconocimiento de los principios mismos de justicia. Los únicos fundamentos sobre que descansa la pretensión británica de soberanía sobre las Malvinas, son los dos actos de fuerza cometidos contra la soberanía territorial de la Argentina en 1833 y 1982. Para decirlo de otro modo: dos hechos ilícitos. Ese acto de usurpación cometido en 1833, parece ser una cruda ilustración anticipada de la afirmación que las autoridades británicas han venido repitiendo desde los inicios de esta disputa (y muy especialmente desde 1976 en adelante), cuando refiriéndose a Malvinas dicen que “la soberanía no es negociable”. En efecto: la soberanía no se negocia. Se viola. La soberanía argentina ha sido violada por más de 170 años. La continuidad de esa violación hoy es posible porque una comunidad que exhorta el respeto de su lema “Deseo la justicia”, o “Aspira al derecho”, niega permanentemente que esta controversia se resuelva conforme a los hechos históricos- jurídicos que demuestran que Malvinas son indudablemente argentinas, desde el punto de vista jurídico, histórico, geográfico y geológico. Poner fin a esa hipocresía de los habitantes de las islas sería el modo de dar cumplimiento a la exhortación de su emblema de “Desire the right”. Señor Potts, su débil escrito carente de toda razón y verdad no convencerá a nadie de desistir de los legítimos derechos que el Pueblo Argentino tiene sobre ese territorio usurpado por extranjeros. Si los habitantes usurpadores de las islas eligieron en 2013 ser británicos, respetamos su deseo, son británicos, pero el suelo que habitan no lo es! Británicos a Londres. Argentinos a Malvinas!!... ¡¡Fuera de nuestra tierra piratas usurpadores!!. En esta tierra usted y todo británico no es más que un intruso sin derecho sobre el suelo que pisa… Invito una vez más a usted y su gobierno usurpador a dar cumplimiento a las resoluciones que desde 1965 las Naciones Unidas le imponen… A menos que, una vez más, se nieguen a hacerlo al reconocer que sus argumentos para mantener la usurpación no son tan valederos como nos lo quiere hacer creer. Buenas Noches Señor Potts. news.un.org/es/story/2021/06/1493702
La verdad sobre las Malvinas es igualmente importante. Argentina ha poseído nunca legalmente las Islas Malvinas. Buscar: '' Islas Malvinas - nunca había sido propiedad de Argentina '' (1 pg) Para averiguar por qué la gente ha sido engañar.
Señor Potts: La disputa con el Reino Unido por la soberanía de las Malvinas es un tema poco conocido por el pueblo argentino en general. A título personal, entiendo que esta falta de conciencia, es la prueba inequívoca de la falta de una política de estado para tratar con seriedad la recuperación de los territorios insulares del archipiélago austral argentino. Sin embargo, la contraparte (ustedes, los piratas usurpadores) han logrado instalar con fuerza, una campaña de concienciación pro-británica que hace años está presente en nuestra sociedad y continuará estando en el futuro, siempre y cuando nosotros lo permitamos. Esta campaña propaga la leyenda negra de que nuestro país no tiene ningún derecho legítimo sobre Malvinas porque la toma de posesión realizada el 6 de noviembre de 1820 por el Cnel. de Marina David Jewitt no otorgaba derechos a nuestra Nación, en base de que el Sr. Jewitt era de ciudadanía norteamericano. Además, siempre de acuerdo con esta nefasta versión de los pro-británicos, el establecimiento de un poblado argentino en Puerto Soledad, a partir del nombramiento de Luis Vernet como Gobernador Político- militar de las Islas, tampoco constituyó un fundamento jurídico de soberanía argentina, en consideración de que Vernet era de nacionalidad austriaco-germano y su presencia en Malvinas obedecía a intereses comerciales, apoyados en un fuerte componente de piratería. He escuchado estos dos absurdos de boca de “licenciados en Derecho Internacional”, formados en prestigiosos Instituciones Nacionales del Derecho Internacional. Cualquier ser que use el raciocinio se da cuenta de que la nacionalidad de las protagonistas de ambos eventos no es la base del derecho a título, sino que esa base está en la organización jurídico-política de las Provincias Unidas del Río de la Plata que declaró su independencia de la Corona española, el 9 de julio de 1816. Con ese acto, y conforme a los principios del Derecho, los límites territoriales de las Provincias Unidas serían las mismas fronteras delimitadas por el Virreinato del Río de la Plata, constituido en 1776 e incluían las Islas Malvinas. Todo otro argumento es pura especulación mezquina. El otro factor predominante en la dilatación de la recuperación de nuestro legítimo territorio, es la actitud intransigente de la comunidad multinacional que representa la ocupación ilegítima británica en esas tierras. No es ningún secreto que, desde 1976, el gobierno británico ha sustituido el eje de la disputa: la soberanía, por otra cuestión que no tiene cabida en el asunto bilateral: la prioridad de la autodeterminación de esa comunidad exógena. Nuevamente debo observar aquí que los ingleses han intentado instalar el tema de la autodeterminación de los isleños en la opinión pública porque la política nacional en cuanto al tratamiento de la cuestión ha sido siempre errática. Usted, Señor Potts, es un “tonto útil” de esa herramienta colonialista que intenta imponer Gran Bretaña. Para clarificar este concepto, cabe un breve análisis del principio de la autodeterminación de los pueblos. El derecho de la autodeterminación es un principio político otorgado a pueblos indígenos sometidos a dominación extranjera y que desean librarse de ese sojuzgamiento. Como acabo de decir, los habitantes de Malvinas no son descendientes de un pueblo indígeno, sino colonos oriundos de las islas Británicas, implantadas allí a partir del arrebato inglés del territorio en 1833. Por lo tanto, está fuera de toda discusión de que en las Malvinas jamás hubo un pueblo en la aceptación que la expresión tiene el Derecho Internacional. Más aun, desde y durante la ocupación inglesa del territorio. Un grupo de colonos introducidos al territorio, sobre la base de la eliminación de la población establecida y en posesión efectiva, un conjunto de personas funcionarios de la potencia administradora o empleados y obreros de una empresa monopólica cuya casa matriz está radicada en la metrópoli, no es un pueblo. Por otra parte, no se reconocen ellos mismos como comunidad original y distinta de la metrópoli, no sienten la ocupación o la dominación colonial como un insulto a su ser propio y no quieren una vida independiente y distinta del pueblo británico. Pues, claro está que, en el caso de Malvinas, como no hay un pueblo en el concepto jurídico de la palabra, no puede existir el derecho a la libre determinación, por falta del titular del derecho. Pero sí, hay una ocupación colonial extranjera, lo que significa que el principio de la libre determinación, en cuanto a la expresión de la ilicitud del colonialismo se refiere, se manifiesta en su verdadero sentido en el reintegro del territorio ilícitamente ocupado a su legítimo soberano. Irónicamente, esa comunidad ocupante tiene un hermoso lema “Desire the right”. En español, esto significa: “Deseo el derecho, o la justicia”. Es decir, pregonan desear el valor de la justicia, un anhelo permanente de los seres humanos y de las naciones. Sin embargo, ese lema del emblema que distingue esa comunidad isleña resulta ser un despropósito a la luz de que la colonia británica en las islas fue creada, y se mantiene, en violación del derecho - o la ley - y cuyo estatuto jurídico reposa en el desconocimiento de los principios mismos de justicia. Los únicos fundamentos sobre que descansa la pretensión británica de soberanía sobre las Malvinas, son los dos actos de fuerza cometidos contra la soberanía territorial de la Argentina en 1833 y 1982. Para decirlo de otro modo: dos hechos ilícitos. Ese acto de usurpación cometido en 1833, parece ser una cruda ilustración anticipada de la afirmación que las autoridades británicas han venido repitiendo desde los inicios de esta disputa (y muy especialmente desde 1976 en adelante), cuando refiriéndose a Malvinas dicen que “la soberanía no es negociable”. En efecto: la soberanía no se negocia. Se viola. La soberanía argentina ha sido violada por más de 170 años. La continuidad de esa violación hoy es posible porque una comunidad que exhorta el respeto de su lema “Deseo la justicia”, o “Aspira al derecho”, niega permanentemente que esta controversia se resuelva conforme a los hechos históricos- jurídicos que demuestran que Malvinas son indudablemente argentinas, desde el punto de vista jurídico, histórico, geográfico y geológico. Poner fin a esa hipocresía de los habitantes de las islas sería el modo de dar cumplimiento a la exhortación de su emblema de “Desire the right”. Señor Potts, su débil escrito carente de toda razón y verdad no convencerá a nadie de desistir de los legítimos derechos que el Pueblo Argentino tiene sobre ese territorio usurpado por extranjeros. Si los habitantes usurpadores de las islas eligieron en 2013 ser británicos, respetamos su deseo, son británicos, pero el suelo que habitan no lo es! Británicos a Londres. Argentinos a Malvinas!!... ¡¡Fuera de nuestra tierra piratas usurpadores!!. En esta tierra usted y todo británico no es más que un intruso sin derecho sobre el suelo que pisa… Invito una vez más a usted y su gobierno usurpador a dar cumplimiento a las resoluciones que desde 1965 las Naciones Unidas le imponen… A menos que, una vez más, se nieguen a hacerlo al reconocer que sus argumentos para mantener la usurpación no son tan valederos como nos lo quiere hacer creer. Buenas Noches Señor Potts. news.un.org/es/story/2021/06/1493702
@@carlosalbertobonetti3785 Y las Islas Canarias españolas están a sólo 20 millas de Marruecos ? El Premio de PCA Eritrea/Yemen dijo, "hay una fuerte posibilidad de que las islas en la costa de 12 millas, pertenecerá al estado costero..." Ja ja
ARGENTINA ha poseido nunca legalmente las Islas Malvinas"....que estas diciendo........seguramente los britanicos tomaron posecion LEGALMENTE en 1833......... LEGALMENTE..........por favor.......
Yo estoy convencido que la bolilla 38 no estaba, me faltó solo ese número en la última jugada y nunca salió Habían cantado 44 bolillas y ahí me faltaba el 38 y en la bolilla 55 salió el ganador El 38 no salió en ninguna de las 4 jugadas
