FAIRYANA tu canal es mi favorita, ya que estudio estos temas tan fascinantes y mágicos, me encanta escucharte ... Espero que visites mi canal . Un gran saludo con todo mi corazón gracias
Esos tales Chaneques tienen mucho parecido a ese tal mestizo y mezcla de origen Argentino y Filipino llamado Facundo Gómez Bruera, me refiero al comediante de la televisión Mexicana. Nosotros apreciamos y amamos mucho a ese tal Facundo, por sus buenos y sabios consejos. ❤️ 🇦🇷 🇵🇭 🇲🇽❤️
Fairyana: he hallado tú canal por el mismo encantamiento de mi corazón. El valor de la Naturaleza, su magia, y todos sus hermosos secreto gracias, por tan bellísimo canal.
CHANEQUES Folklore de Veracruz. Veracruz es un Estado que guarda muchas leyendas y mitos en su haber: a través de los años, la gente ha vivido ciertos eventos que se han permanecido para formar parte de la cultura local, pues han pasado de boca en boca y son conocidos por la mayoría, los Chaneques son los duendes del folklore Veracruzano, especificamente en las regiones de los Tuxtlas, y el Istmo. CHANEQUES Según la voz náhuatl Ohuican, chaneque significa "los que habitan en lugares peligrosos". Originarios de la mitologia Totonaca ( Zona Centro de Veracruz). Estas criaturas eran dioses menores de la mitología Mexicana prehispánica. Se creía que estos seres habitaban en los bosques o selvas y cuidaban de los manantiales, árboles y animales, por lo que eran una especie de guardianes, otra de las características de los chaneques es que son muy traviesos pues suelen asustar a la gente, haciéndoles perder su tonalli¸ es decir, el espíritu asociado al día de su nacimiento, el cual tenía que recuperarse mediante un ritual o el individuo corría riesgo de muerte. Según las crónicas de algunas personas que los han visto, los chaneques tienen aspecto de niños siendo personajes muy traviesos que juegan escondiendo las cosas a las personas, e incluso, se dice que cuando se aparecen a alguien, es para perderlo pues ocasionan desorientación y las personas parecen perdidas por un cierto tiempo. Algunos dicen que es mejor traer la ropa puesta al revés cuando se camina solo por el monte o la selva y así evitar que los chaneques te lleven. Mientras que para algunos, las historias de los chaneques son solo fantasía y forman parte de los mitos populares, otros que cuentan haberlo vivido estas criaturas son más que solo cuentos y forman parte de sus recuerdos. Aquí una historia de un señor de Catemaco, que narra cómo los vio de cerca. "Yo los vi, compadre. Y no es cosa de que 'biera yo 'andao borracho. Noooo, en mi 'meritito juicio, me interné en el monte buscando palos 'pa hacer leña y me jui más lejos que de costumbre, entré por el camino de Solotepec y cuando me di cuenta ya estaba yo en el mero corazón de la selva como que una 'juerza misteriosa me empujó hacia allá". ¡Qué lugar tan bonito, compadre! con decirle a 'usté que hasta me quité el sombrero en señal de respeto y de miedo también, porque la 'verdá sea dicha me dio miedo compadre, me entró como un escalofrío y hasta calambre me dio, había un silencio como de muerte, ell sol colaba sus rayos entre los espesos árboles y bajaba en tiras de luz esparcidas igual que como las que pintan en las estampas de la Divina Providencia. Los bejucos que colgaban de los árboles parecían culebras que caían hasta el suelo; las flores de pitahaya y lengua de mujer se abrían tan grandes como nunca las había visto y deslumbraban de tan preciosas, una mancha de pico 'e canoa rompió el silencio y se paró entre los árboles, pintándolos más con el arcoiris de sus picos. Ay compadre, qué cosa tan bonita... un airecito suave, blandito, se pegaba al cuerpo como acariciándolo, y las mariposas, 'desas grandototas azules que poco se ven en el pueblo, pintaban el aire con su polvo brillante azul turquesa. Con decirle a 'usté, compadre, que hasta me olvidé de a lo que iba, me acurruqué junto a un tronco viejo y me quedé mirando, mirando esa bendición de Dios, pero tuve que volver a mis cabales, compadre, porque la 'necesidá obliga... ya le digo a 'usté que iba a cortar leña y empecé con el primer tronco seco que estaba más cerca de mí. Ya 'bía yo 'levantao el machete, compadre, cuando oí unos quejidos como de criatura enferma; muchos, compadre, muchísimos, en coro, como si les estuvieran dando tormento... los sentí tan pegados a mis oídos que parecía que se me venían encima, apretados y juntos como un zumbido de avispas, entonces mi miedo aumentó. Dejé 'tirao el machete y salí despavorido... corrí como mejor pude, abriendo brecha entre el monte con mi propio cuerpo. Corrí, corrí, compadre, como alma que lleva el diablo, y va 'usté a creer, compadre, que el ruido ya no era de llanto sino de risas... eran risas, compadre, carcajadas que aumentaban a medida que yo más corría. Entonces cavilé -han de ser los cabrones chaneques que me quieren jugar una mala pasada- y procuré calmarme a ver si ellos también se calmaban. Ya no corría; caminé con 'tranquilidá buscando encontrar algún camino, pero cuando me di cuenta ya andaba por la laguna encantada. Usté cre', compadre... las risas no paraban, y yo vueltas y vueltas sin poder llegar a ninguna parte, volviendo siempre al mismo lugar. Con decirle a 'usté que hasta me caí varias veces y andaba ya todo 'ensangrentao. Ya estaba yo apunto de tirarme a la laguna de puro desespero, compadre, porque ya estaba empezando a hacerse de noche, cuando vi, primero sus ojos como tizones encendidos entre la ramazón, y después sus cuerpos, compadre, viejos como tronco de árbol viejo, con reflejos verdes como ramas verdes, pero no alcancé a verlos mejor porque la oscuridad ya había apretado. Entonces me acordé de que mi 'amá me había dicho que lo que hay que hacer cuando lo atrapan a uno los chaneques es gritar tres veces Juan, pero con ganas, como 'pa conjurar el hechizo. Grité con 'juerza: ¡Juan! ¡Juan! ¡Juan! y de pronto como que todo se me aclaró; ya no era de noche como creía; las risas se callaron... empecé a caminar... todo se me volvió conocido otra vez, y 'jue así como pude dar con el camino, compadre. Cuando llegué a la laguna bebí bastante agua 'pa enjuagarme el susto, me zambullí con todo y ropa, y cuando salí, sentí como si el mismo San Juan Bautista me hubiera bautizado con su agua bendita, porque se me borró el hechizo y me olvidé de todo lo que me había pasado, compadre.
Vengo a escuchar este relato sobre mis origenes, o sea quiero confirmar que soy parte descendiente de los bakeneko aunque quiero adaptarlo para mi serie y poder expresarlo Lo que quiero decir no es que sea mentira, he tenido una infancia muy dura que pasé por reencarnar en genero opuesto pero ya es la segunda vez que soy hombre O sea soy una mujer con unos defectos que no me deja expresarme bien y a veces pero quiero dejar mi comentario para que se tome en cuenta Me llamo Sayaka Fukui, ese es mi nombre real de orígen japonés que por mi madre también me llamaba Hanae Fukui, luego pasé ser hombre por primera vez y ahí tuve otro nombre pero fuí llamada Mamoru Fukui Ya con la última reencarnación nací en Chile con el nombre de Marcelo Adolfo González Pacheco pero sigo conservando algo de mi pasado, es raro contar algo pero ojalá que no se tome a mal Solamente me gustaría que supiera que no soy felíz actualmente aunque finga reírme, saludos desde Chile