Bienvenido/a a Forgotten Heroes, donde podrás viajar en el tiempo a los momentos más fascinantes de la historia de la humanidad. Se testigo de colosales batallas que involucran a decenas de miles de hombres, conoce la mitología de las culturas más milenarias de nuestro planeta y adéntrate en los misteriosos bosques de Europa, así como en los lugares sagrados de la América precolombina. Todo esto y más desde la comodidad de tu PC / Móvil / Celular.
Lo bueno de pensar de esto es, que hoy en día sigue haciendo así y lo segundo es, que si es verdad que perdieron batallas, cómo de fuerte estarían al quitarse todo eso
La lingüística y la genética revelan antiquísimas conexiones entre Europa, Asia y América incluyendo al origen etrusco, entonces ¿Podríais ampliar esta revelación? Porque es un gran conocimiento sobre nuestra historia... Gracias
la cresta o penacho en la Grecia clásica se usaba para ver el movimiento de las tropas en pleno combate y se usaba como referencia para los rangos de los oficiales y soldados veteranos los romanos solo decoraban los cascos de los oficiales ya que la legión no los poseía para identificarse usaban los estandartes
Fuerzas armadas del uniforme Romanos. , en los Romanos 16: amados .... y promete el Dios de paz aplastara en breve satanás, sabios para el bien ingenuos par el mal... ..(el amor de Dios venderemos a los Romanos en toda la epístolas.. de la biblia.)
El Origen de los Iberos de remonta en Preamerica por que tienen palabras que son la misma cosas o se asemejan entre Karios y Waras Ybera significa agua cristalina en el guarani donde ellos fueron enseñados agricultura ,el uso y explocion de metales por una especie de Quetzacoal "Pai Sume" Pa'i = Padre .Sume =posiblemente referente a Sumeria Padre de Sumeria que se puede relacionar con la mitologia Sumeria y los 7 Atkajus y el Jefe de ellos Oanes que era El Adan biblico que dio instruciones a 7 sabios de enseñar ciencias agricultura astrologia y astronomia a los sobrevivientes del Diluvio universal
Este relato me encanto Dinastia Capitulo Uno Los tres príncipes Gupta y sus acompañantes montaban sus elegantes elefantes blancos. Los animales se deslizaban por una espaciosa avenida saturada de muros de piedra labrada que ostentaban los signos del reino. Los hermanos pasaban por debajo de altos balcones y sobre los pétalos de exótica fragancia que eran arrojados por los ciudadanos. Ante ellos, iban elevándose los imponentes muros y las grandes cúpulas que derramaban sus sombras sobre el camino que conducía hacia el palacio del emperador Otali. Finalmente, cruzaron por debajo de un gran arco de color blanco realzado con un reborde de borlas de mármol, que llevaba hacia los espléndidos jardines de recreo del monarca. Nirek el primer hijo de Otali, iba orgulloso por delante; Ojayit, el segundo hijo, lo seguía de cerca, atento a empuñar su filosa arma contra cualquier enemigo, y, asimismo, Nayakan, su hermano menor y otro virtuoso con las armas, iba detrás de ellos. Los seguían por detrás filas de guardias armados con lanzas de variados estilos. Al final, avanzaba un largo séquito de sacerdotes, esos viejos que se dedicaban al estudio de las leyes divinas, y que la pasaban encorvados sobre antiguos pergaminos. Todos recibían saludos alegres del pueblo. El nacimiento del príncipe Nirek ocurrió en una tranquila noche, mientras la plateada Luna daba su sereno rostro y se desplazaba a través de las estrellas. Otali estaba impaciente, pero sabía que la paciencia es como un árbol de raíz insípida que produce dulces frutos. ―¿Cómo esta ella? ―preguntaba Otali con el corazón exaltado. ―Mi Señor, su esposa Kuntana acaba de parir con salud un hermoso niño, tan luminoso como la Luna ―le contestó el médico principal. Unos días después ocurrió la ceremonia para darle un nombre al bebé; se le bendijo y los sacerdotes le desearon una larga vida llena de riqueza y sabiduría. Después, el niño fue colocado sobre el regazo de su padre y recibió su bendición. El sacerdote principal ofreció su plegaria a los dioses y a los espíritus de los antepasados del clan, para poder obtener sus bendiciones. Los clarividentes predijeron que algún día, este pequeño realizaría memorables acciones, y sería él uno de los prodigios de su creador. Nirek sería grande en pensamientos y en hechos; el hijo de Otali tendría un alto sentido de la justicia, su razón sería elevada, sus acciones rectas y firmes, y sería por derecho, el emperador de Panyab. Ojayit era el segundo hijo de Otali y era dos años menor que Nirek. Desde pequeño se notaron en él cualidades atléticas. ―Óyeme querida esposa ―decía Otali―. Pronto el pequeño despreciará la suavidad de tus manos ¡Porque montará el lomo firme de los elefantes de guerra! Al reconocer las notables habilidades de Ojayit, su padre le obsequió una espada de esplendor sin igual. Era un regalo de los dioses, y al recibirlo, Ojayit sintió un llamado interior a convertirse en un gran maestro. La espada, adornada con el rostro de un dios de oro en el centro del pomo, descansaba sobre un fondo de esmalte negro, con los símbolos del imperio finamente tallados en el mango. Al empuñarla, el joven Ojayit sentía cómo la hoja cortaba el aire, llenándolo de una profunda admiración. Nayakan, el tercer hijo de Otali, compartía con Ojayit una virtuosidad innata en el arte del combate. Este amable príncipe, de amplia frente y ojos oscuro, tenía un gran afecto por sus familiares, y visitaba a su abuelo con frecuencia. Paramjit, padre de Otali, se destacaba por su rectitud, honorabilidad y habilidad para resolver problemas con la ayuda de sus hijos y consejeros. Este anciano fue uno de los emperadores Gupta más queridos por su pueblo. Un día, consideró que era necesario que oficiales de prestigio o guerreros expertos impartieran la instrucción necesaria a sus nietos. Así, se embarcó en la búsqueda de los mejores instructores del reino para llevar a cabo esta tarea. Birendra era un general valiente y poderoso como tigre. Al saber las intenciones del antiguo emperador, se ofreció para enseñar los secretos de la espada a los príncipes Gupta y el experimentado hombre se encargó muy bien del asunto. El viejo guerrero dejó plasmadas las enseñanzas de las artes bélicas en lienzos, y eran manuscritos donde la pluma danzaba al ritmo de sus hazañas y sabiduría. Sus palabras, como espadas afiladas, cortaban el velo de la ignorancia y revelaban la verdad noble que yacía en el corazón del combate. Bajo la tutela de maestros de renombre, los jóvenes se adentraban en el sendero de la guerra, ávidos de conocimiento y sedientos de gloria. Aprendieron que la verdadera esencia del guerrero residía en elevarse por encima de las pasiones efímeras y los deseos mundanos; que la batalla justa abrazaba todas las escuelas, acogía todas las mejoras y exploraba los más nobles métodos, pero desechaba el ansia inerte de la conquista desmedida. Ojayit practicaba con la espada, y sus compañeros observaban la soltura de sus movimientos, la gracia de sus ritmos y la variedad de sus ataques. El príncipe practicó con esfuerzo hasta llegar a la excelencia, y al igual que sus hermanos, realizó el rígido entrenamiento cada día que duró la escuela militar. Los hermanos siguieron las enseñanzas con obediencia, y con el paso de los años, perfeccionaron sus conocimientos, y aprendieron conceptos filosóficos de la vida. Obtuvieron mayor fuerza física, manejaron el temor, mejoraron la concentración mental y, por supuesto, consiguieron el completo dominio de la espada. Los generales consideraban cualquier circunstancia que pudiera presentarse en una guerra. Los hombres adiestrados podían escalar altos muros y trasladarse por las fortalezas enemigas sin ser descubiertos. Además, aprendían con dedicación las distintas técnicas de pelea del Kalaripayat.
En el programa Construyendo un imperio: Cartago, del History Channel, conocí el asombroso nivel tecnológico de esta civilización fenicia occidental. Un portento!!