¡Grande mi amigo Edgar! Desde Puerto Montt mis saludos, mi admiración y mi respeto a ti y a toda la tierra pirata del hermoso puerto de Coquimbo, lleno de gente cariñosa y bondadosa.
lo quise tanto que acampé en su ombligo... y ahí pasé las noches del invierno... él era mi escondite para el frio... y un viento fuerte y fresco en el infierno...