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Maria Goretti
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Santa María Goretti, mártir de la pureza, elevada al honor de los altares por Pio XII, el 24 de Junio de 1950, con la declaración de santa, en la Plaza San Pedro en Roma, delante de miles de sus devotos, después de haber reconocido la autenticidad del martirio el 25 de Marzo de 1845.

Maria Goretti murió en el hospital de Neptuno el 6 de Julio de 1902, después de haber sido herida mortalmente, con 14 puñaladas, por el joven Alejandro Serenelli, vecino a Cascina Antigua de Ferriere de Conca, cerca de Neptuno, a las 15:30 hrs. el día anterior, 5 de julio de 1902.

Cada celebración, sobretodo centenaria, es una fuerte llamada para quien conmemora el hecho para recuperar aquella necesaria e indispensable relación con la propia llamada a la santidad. Se manifiesta, así también aquella natural estima hacia quien ha alcanzado objetivos importantes, desde un punto de vista espiritual, como aquel de la santidad.

Estimar un santo, tomar el mensaje de su testimonio de vida cristiana, significa revivir en la propia persona y en la propia experiencia de fe los valores trasmitidos.

María Goretti, con apenas 11 años, 6 meses y 21 días ha alcanzado el grado máximo de la santidad, porque el don de su vida a Dios ha sido total en un momento, como aquel de la violencia perpetrada hacia su persona de un hombre ciego, en ese instante, de la pasión carnal, en el cual supo escoger al Señor, ofreciéndole su pureza, su virginidad, con tal de no cometer pecado.

Solo la gracia del Espíritu Santo que operaba incisivamente en Marieta pudo transformar esta pequeña niña en una mártir de la pureza y por eso mismo en una pequeña grande santa del siglo XX.

El motivo de fondo de su santidad, casi natural está en los sacramentos de iniciación cristiana recibidos de niña. En particular ha sido el sacramento de la Eucaristía, recibido por primera vez el 16 de junio de 1901 en la Iglesia de Conca, hoy Borgo Montello, su energía interior, capaz de enfrentar cualquier expresión del mal. Es la fuerza de la fe que Marieta adquiere y la encamina a la escuela del Maestro divino y a la fuente de la comunión con Dios en el sacramento de la Eucaristía.
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