Hace varios años, pero he perdido por completo de mi memoria el año y la fecha, quizá fue hace diez u once años, me había enfrascado en una airada discusión con Dios por el tema de la desigualdad social; en varias ocasiones he permanecido algunos días haciendo reclamos y reproches al Señor a causa de alguna situación o realidad específica, mis oraciones han tomado la forma de reclamos y reproches y lo más interesante de esto es que siempre he obtenido alguna respuesta del Cielo. No sería sano pasarse la vida peleando con Dios, pero una que otra vez, este tipo de oraciones me atrevo a pensar que lejos de disgustarle al Señor le agradan. Para el Señor nunca habrá problema alguno en que nos desahoguemos con Él. Lo que sucedió aquella vez fue que en cierta madrugada tuve un sueño del cuál desperté sintiendo una terrible frustración y una tremenda indignación conmigo mismo al no poder resolver una inecuación (desigualdad) que el profesor había escrito en el tablero (pizarra). Algo que recuerdo resultó sumamente humillante para mí cuando estudiaba, es que me costaban demasiado las inecuaciones; en este sueño, como muchas veces había sucedido años atrás en la realidad, yo estuve batallando durante mucho rato tratando de encontrar la solución y todo fue para nada. Siempre he pensado que este tema no es algo tan complicado o al menos no lo suficientemente como para que me cueste tanta dificultad. Al final del sueño, yo sentado y resignado opté por mirar fijamente los signos en el tablero que tenía al frente. Me generó una sensación extremadamente incómoda sentir que no podía y desperté concentrado especialmente en el signo central, “≤ (menor o igual que)”, mientras que la frustración y la indignación se habían apoderado de mí. Al despertar comprendí de forma inmediata lo que el Señor me estaba diciendo. “Si me cuesta tanto una simple inecuación, ¿cómo era que pretendía comprender el fenómeno de la desigualdad en el mundo?” El libro del Génesis nos cuenta la historia de Jacob, a quien luego Dios le cambió el nombre por Israel, y fue precisamente este personaje quien dio origen a las doce tribus. Encontramos en 32,27 que Jacob pelea con el ángel de Yahvé, y le dice una frase que encuentro impactante, “no te suelto hasta que no me hayas bendecido”. ru-vid.comIBv3vAt1b2A?si=qbexuNYDJ_bxs5UR Me sorprende que algunos hombres, aun bastante mayores que yo, se sientan muy seguros y den por hecho lo que tienen o han conseguido en términos de lujos y comodidad. Yo hoy por hoy no tengo duda alguna de que son meros castillos de naipes, vanas ilusiones, “vanidad de vanidades, todo es vanidad” (Eclesiastés 1,2). En un abrir y cerrar de ojos podríamos perderlo absolutamente todo o incluso, por supuesto, morir sin más ni más. En el año 2011, exactamente el día de mi cumpleaños (para nunca olvidarlo), me fui a vivir a un basurero. Siempre que digo esto me preguntan que si tenía problemas con las drogas. No es así. No sé cómo se fuma un cigarro. Llegué al basurero porque estaba en la quiebra total; mi vida desordenada y sin sentido del pasado me había dejado como saldo un mar de deudas al cuál tampoco le había prestado suficiente atención. Ahora, recientemente habían llegado a visitarme una serie de tormentas, casi siempre precedidas de sueños y esto último era lo que me ayudaba a mantener la calma y la cordura, aunque tengo que decirlo también, con una muy desagradable sensación de impotencia. Haciendo cuentas y siendo honesto conmigo mismo, no tenía cómo pagar un alquiler. Se me presentó la alternativa de irme al basurero y yo traté de evitarla por todos los medios posibles, por lo que estuve a punto incluso de cometer un terrible error, del cuál fui advertido a tiempo en un sueño; se trataba de una zona afectada por una profunda problemática social y por lo mismo, bastante peligrosa en materia de seguridad. Una vez me hube convencido de que el basurero era la única puerta que el Señor me estaba abriendo, agaché la cabeza y tomé la decisión de mudarme justamente en la fecha de mi cumpleaños, ya que estaba muy cerca. Y ahora viene lo más curioso e importante. Luego de dieciocho meses de estar viviendo en aquel lugar el Señor me indicó que era el momento de salir de allí, pero para ese entonces yo ya había vivido experiencias místicas únicas e inolvidables en el basurero; los adictos y los indigentes me reconocían y yo no podía menos que sentir genuina compasión hacia ellos; había podido ver la Gloria de Dios Padre de muchas maneras, liberando algunas personas de las ataduras del demonio por medio de una simple oración que yo había hecho; había recibido revelaciones impactantes y había aprendido valiosas lecciones de demonología leyendo libros del padre José Antonio Fortea que llegaron a mis manos en forma de papel de reciclaje. Paradójicamente, no recuerdo otra época de mi vida en la cuál hubiera sentido una paz tan profunda y una libertad tan inmensa. El hecho de sentir que no había facturas por pagar al final del mes fue ya por sí mismo un gran motivo de alivio que me permitió enfocarme con disciplina en pagar las deudas e incluso no exagero cuando digo que fue allí donde por primera vez, aunque en muy pequeña escala, inicié un negocio que generaba ganancias (años atrás lo había hecho, pero a excepción de algún nivel de experiencia, lo único que había obtenido eran pérdidas y frustración). Siendo muy franco, ahora una buena parte de mí se resistía a marcharse de aquel lugar. ru-vid.com/video/%D0%B2%D0%B8%D0%B4%D0%B5%D0%BE-5iU1oE0ukBs.htmlsi=n8afaKnUYLONjXGQ Sólo una óptica demasiado materialista nos lleva a pensar que llegar a perderlo todo, económicamente hablando, necesariamente resulta equivalente a vivir una desgracia. (Eclesiástico 10, 28-35) Los procesos son más que importantes. Los tiempos de escasez nos enseñan a valorar hasta las cosas más simples y nos ayudan grandemente a machacar el orgullo; incluso esto sirve como una especie de filtro que nos permite conocer mejor los amigos. En el momento en que un milagro comience a ser predecible, en ese mismo momento quedaría demostrado que no es ningún milagro, si existe algo que Dios tiene capacidad infinita para traer a nuestras vidas es precisamente la novedad y la sorpresa. ru-vid.com/video/%D0%B2%D0%B8%D0%B4%D0%B5%D0%BE-hCAaEHWjjEE.htmlsi=hSYe4VlSXqWWuLtR Un dios enjaulado entre los barrotes de la lógica humana no sería omnipotente, no sería un verdadero Dios. El orgullo y el hipopótamo Un dios que se ajuste a los parámetros de la ciencia no sería un Dios verdadero; en tal caso mucho más Dios podría ser la ciencia. Aquí está una causa frecuente del sinsentido o de las crisis existenciales en algunos no creyentes. Idolatrar la ciencia. La ciencia como cualquier creación humana siempre tendrá sus límites. Cada siglo surge una nueva teoría que contradice a la anterior. Es como un perro persiguiendo su propia cola. Experiencia personal con Cristo. Un buen ejemplo de un límite de la ciencia es que nadie puede conocer nuestros pensamientos, por más que avance la neurociencia. Los ángeles No pueden saber lo que yo estoy pensando. 1.¡Oh reyes, escuchen y entiendan! ¡Déjense instruir, ustedes que gobiernan las lejanas tierras!saber lo que estamos pensando No vamos a misa buscando que Dios haga lo que queremos. Sumisión someterse y este es talvez el punto crítico. Las personas ru-vid.com/video/%D0%B2%D0%B8%D0%B4%D0%B5%D0%BE-O5dvPhHM-V0.htmlsi=eGO9XehkRzzBMnJZ Sabiduría, 6 ru-vid.com/video/%D0%B2%D0%B8%D0%B4%D0%B5%D0%BE-pMhzDUaUeJw.htmlsi=hY7aQlz1jOYXA8T8 ru-vid.com/video/%D0%B2%D0%B8%D0%B4%D0%B5%D0%BE-NCVFH7Id1k0.htmlsi=oZ5IXJn4t_sMoqoh Para vencer habrá que estar del lado de la Verdad. La única forma posible de vencer es rendirse. El mayor ejemplo de rendición lo dio Nuestro Señor en la Cruz, pero también la Virgen María se había rendido ya mucho antes, cuando dijo al ángel estas palabras. “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra”; (Lucas 1,38). Talvez la mayoría estamos de acuerdo en que ,vivimos tiempos críticos. Se ha consolidado una alianza de la mentira y la hipocresía con los poderes más nefastos de este mundo. El Señor me ha puesto aquí para decirles algo que talvez nunca antes había sido tan cierto, “llegó la hora de la Verdad”. Especialmente para aquellos que son cómplices y colaboradores de la tiranía de Venezuela, ya comprendí la visión aquella de las piedras que manaban burbujas dentro del río. No sería raro que dentro de poco la narcodictadura tuviera menos dinero que yo. ru-vid.com/video/%D0%B2%D0%B8%D0%B4%D0%B5%D0%BE-C0c0xKZ_h4E.htmlsi=7ix2k4f45fCHJdLW Verdad se escribe con V mayúscula y tiene nombre propio. Jesucristo. “Todo aquel que es de la Verdad escucha mi voz” (Juan 18,37). ¡Viva Cristo Rey! Pensar que el hombre lo puede llegar a comprender y a explicar todo puede ser ya una de las más grandes señales de orgullo, terquedad y soberbia. Más de dos décadas de una desastrosa espiral destructiva lo dejaron más que claro en Venezuela. Nadie puede tapar el sol con un dedo y ha llegado el momento en que la Verdad brillará como el sol. En realidad nadie puede dialogar con una tiranía malvada que más allá de cometer el delito y el crimen de manera común y cotidiana, se burlan y se jactan de ello. Caridad es poder ver más allá de lo que parece; es reconocer que no se trata de ellos realmente, sino que el Palacio de Miraflores ha sido tomado por legiones de Satanás. Uno ve que hablan y que se ríen, pero no son más que altavoces del mismo infierno. Para muchos esto ahora mismo puede sonar muy extraño y hasta ridículo, pero el transcurrir del tiempo se encargará de corroborarlo.
Parcero, como el título de la canción el padre celestial le va a realizar sus sueños de llegar bien lejos en el ámbito musical siga así paso a paso con humildad éxitos y pa adelante
Parcero no sabe cómo me alegra verlo cantando usted sabe que hay Henry vallenato para rato y la canción estuvo excelente sigue así que mi Dios cada día me lo va a llevar a grandes eventos saludos
