La felicidad no es la meta, sino el camino que se construye poco a poco. ¿Qué necesitas para ser feliz? Descubre una respuesta a esa pregunta en este vídeo.
La búsqueda de la felicidad es una constante en la vida de muchas personas. ¿Qué nos enseñan las antiguas escrituras sobre este anhelo universal? La respuesta a esta pregunta puede encontrarse en los textos bíblicos, que sugieren que la verdadera felicidad se alcanza a través del amor y la devoción al Señor Jesús. Este amor incondicional y total es presentado como el camino hacia una vida plena y feliz.
Para vivir en plenitud, es fundamental amar al Señor Jesús con todas las fuerzas de nuestro ser. Esta devoción no solo proporciona un sentido profundo de paz y armonía, sino que también nos guía en la toma de decisiones sabias y sensatas. La voluntad de Dios, tal como se expresa en las escrituras, es la brújula que orienta nuestros pasos hacia la felicidad y la serenidad interior.
En el contexto del Antiguo Testamento, la voluntad de Dios se manifiesta a través de la ley. Cumplir con estas normas religiosas es visto como el camino hacia la sabiduría y, por ende, hacia la felicidad. El Salmo 1, por ejemplo, compara al hombre que sigue la ley de Dios con un árbol plantado junto a corrientes de agua, siempre fructífero y próspero. En contraste, quienes se alejan de estas normas son como paja llevada por el viento, sin estabilidad ni propósito.
El Nuevo Testamento, sin embargo, introduce un cambio significativo. Ya no es la ley religiosa la que dicta la voluntad de Dios, sino la persona de Jesús. Este cambio nos ofrece una nueva perspectiva de libertad, alejándonos de las antiguas restricciones y enfocándonos en una relación directa y personal con Jesús. Esta relación es la fuente de nuestra paz y felicidad, independientemente de las dificultades que enfrentemos.
¿Cómo se mantiene la paz en medio de las adversidades? La clave está en aferrarnos al Señor Jesús y vivir según su ejemplo. Esto no significa que los problemas desaparecerán mágicamente, sino que encontraremos la serenidad necesaria para enfrentarlos sin perder nuestra armonía interior. Saber que somos amados y que seguimos la voluntad de Dios nos proporciona la fortaleza para superar cualquier obstáculo.
La sabiduría bíblica también resalta la importancia de la sensatez. Los libros sapienciales, como los Proverbios y el Eclesiástico, distinguen entre el camino de la insensatez y el de la sensatez. El primero conduce al abismo y la infelicidad, mientras que el segundo lleva a la plenitud y la sabiduría. Actuar según la voluntad de Dios es, por tanto, el sello distintivo del hombre sabio, aquel que vive en armonía con las enseñanzas divinas.
En resumen, la verdadera felicidad y plenitud se encuentran en el amor y la devoción al Señor Jesús. Siguiendo su ejemplo y amando con todas nuestras fuerzas, podemos vivir una vida llena de paz y sabiduría, enfrentando los desafíos con serenidad y encontrando la verdadera satisfacción en cumplir la voluntad de Dios. Esta es la esencia de la sabiduría bíblica y el camino hacia una vida verdaderamente feliz.
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30 сен 2024