La sal, regalo divino de la tierra, es más que un simple condimento, ¿va? En las Escrituras Sagradas y en las tradiciones de los creyentes, tiene un poder que limpia y protege, neta. Como dijo el Mero Mero: "Ustedes son la sal de la tierra". Igual que la sal conserva la comida, nosotros estamos llamados a conservar la fe y la buena onda en el mundo. En los rituales sagrados, la sal purifica, consagra y ahuyenta las malas vibras. Es un recordatorio bien chido de la alianza eterna entre Dios y su raza, un símbolo de la sabiduría divina que le da sabor a nuestra existencia y nos mantiene en la onda celestial.
10 окт 2024