La radiografía de tórax es una herramienta comúnmente utilizada para detectar infecciones pulmonares, como neumonías, entre otras. Para saber si el pulmón está infectado a través de una radiografía, los neumólogos evaluamos ciertos hallazgos radiológicos característicos:
Opacidades o consolidaciones: Áreas blanquecinas o densas que aparecen en los pulmones donde debería haber aire. Estas opacidades suelen indicar la presencia de pus, líquido, células inflamatorias, o bacterias en los alveolos, típicas de una infección como la neumonía.
Patrón intersticial: La infección también puede afectar el tejido que rodea los alveolos y los vasos sanguíneos (el intersticio pulmonar), lo que genera un patrón difuso en la radiografía. Esto es más común en infecciones virales o en infecciones atípicas como el COVID-19.
Derrame pleural: En algunas infecciones graves, puede haber acumulación de líquido en el espacio pleural, entre el pulmón y la pared torácica. Esto se manifiesta como una opacidad en la base del pulmón afectado.
Atelectasia: La colapso parcial de una parte del pulmón debido a una infección que obstruye las vías respiratorias o genera inflamación. Esto también aparece como un área de mayor densidad en la radiografía.
Aumento de tamaño de los ganglios linfáticos: En infecciones más crónicas o graves, como la tuberculosis, se puede observar agrandamiento de los ganglios en el mediastino o en las zonas hiliares (donde los bronquios y vasos sanguíneos entran al pulmón).
11 окт 2024