Tal como lo aprendí de niña y así lo decía el Catecismo. De la frente hasta el pecho, del hombro izquierdo al derecho. (Nada de hasta el ombligo) Gracias Mauricio.
Parte de pertenecer a la Iglesia implica manifestar la comunión con ella. Siendo este un gesto tan relevante para nuestra fe y nuestra Iglesia, lo correcto es, en espíritu de comunión, apegarnos a la forma católica.
@@semillasparalavida lo se pero nuestra iglesia Católica Romana ha cambiado mucho la tradición, se ha desviado y apartado del camino que muchas iglesias orientales ortodoxas aun conservan, y ellas tambien tienen la fe, la verdad y la razón.
No somos más que la Iglesia para estar en la postura que nos permita sojuzgarla diciendo que se ha desviado, porque la esencia de la misa ha persistido como desde el principio cuando Jesús celebró la primera misa de camino a Emaús en el domingo de Resurrección: Una liturgia de la Palabra y una fracción del pan.
falsas enseñanzas sin base doctrinal en las Escrituras, quien murio y resucito venciendo sobre el imperio de la muerte fue Jesucrsto. y esta sentado a la diestra de Dios Padre y no señales inventatada por hombres y los apóstoles ni los profetas tuvieron tales practicas
Sería bueno que antes de venir a criticar, estudie bien las Escrituras. Si es que ha escuchado siquiera de la existencia del Libro del Profeta Ezequiel, puede en él leer acerca de signar con la forma de la letra tau: “Recorre toda la ciudad de Jerusalén y marca con una T la frente de los hombres que gimen y se lamentan por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella” (Ez 9,4). La Tau es el signo puesto en la frente de los pobres de Israel, salvándoles así del exterminio. Fue después adoptada por los primerísimos cristianos por un doble motivo: 1. Como última letra del alfabeto hebreo, era una profecía del último día y tenía la misma función de la letra griega Omega, como aparece en el Apocalipsis: “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed le daré gratis de la fuente de agua viva… Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin” (Ap 21,6; 22,13). 2. Los cristianos adoptamos la Tau, porque su forma nos recuerda la cruz, sobre la que Cristo se inmoló para la salvación del mundo.