Ese es el problema la sociedad mendocina dejó de concurrir a los efectores públicos de salud con la cartilla de vacunación, creyendo colectivamente de que ya no existe el coranavirus y demás virus, este hecho se ve reflejado en nuestros lugares de trabajo, en la vía pública y sin ir más lejos en los transportes públicos y sobretodo en los hospitales y centros de salud donde el 90% de los que asisten no usa barbijo, ni se sanitiza con alcohol.