La mujer representada en este cuadro no es la que nos dicen. No es el retrato de Lisa Gherardini, sino el de la princesa Isabel de Aragón y Sforza, hija del rey de Nápoles, Alfonso II de Aragón, y también quien fue la mujer de Leonardo da Vinci. Por esta razón, él guardó el retrato hasta el final de su vida, de la misma manera que hoy día guardamos la foto de un familiar .