La Teoría de la Acción Planificada (TAP) es un modelo psicológico desarrollado por el psicólogo social Icek Ajzen que explica cómo las actitudes, las normas sociales y la percepción de control sobre la conducta influyen en las intenciones y la acción humana.
Según la TAP, una persona es más propensa a realizar una acción cuando tiene una actitud favorable hacia ella, cuando cree que sus amigos y familiares también la apoyan, y cuando siente que tiene control sobre la situación. Además, la TAP enfatiza la importancia de la intención en la predicción del comportamiento futuro. En otras palabras, una persona es más propensa a realizar una acción si tiene la intención de hacerlo.
En la TAP, la intención de realizar una acción se compone de tres factores: actitud hacia la conducta, normas subjetivas y percepción de control conductual. La actitud hacia la conducta se refiere a la evaluación general de una persona sobre la conducta. Las normas subjetivas se refieren a las creencias de una persona sobre lo que piensan sus amigos y familiares sobre la conducta en cuestión. Y la percepción de control conductual se refiere a la creencia de una persona sobre su capacidad para realizar la conducta.
La TAP se ha utilizado en una amplia variedad de contextos, incluyendo la salud, el medio ambiente, el comportamiento del consumidor y la planificación del comportamiento. También se ha utilizado para explicar y predecir comportamientos como fumar, hacer ejercicio, reciclar, donar sangre y votar.
En resumen, la Teoría de la Acción Planificada es un modelo psicológico que explica cómo las actitudes, las normas sociales y la percepción de control sobre la conducta influyen en las intenciones y la acción humana. La TAP se basa en la premisa de que la intención es un predictor importante del comportamiento futuro y que la intención se compone de tres factores: actitud hacia la conducta, normas subjetivas y percepción de control conductual.
8 окт 2024
