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Esta plática fue divertidísima, conozco a Ricardo Margaleff desde hace mucho, es una persona apasionada, con gran sentido del humor que ha logrado una carrera de 25 años (actor, conductor, ha hecho Stand Up…) innumerables proyectos en la actuación como el programa “Una familia de diez”, “Al Diablo con los Guapos”…
¿Sabías que Ricardo audicionó para estar en Mercurio? pero eso te lo contaré al rato.
Digamos que el encuentro entre la actuación y Ricardo fue amor a primera vista, desde muy chavito participó en la obra de “Anita la huerfanita” y ahí descubrió su pasión.
Su niñez no fue tan sencilla pues contó que viene de una familia disfuncional, sus papás se divorciaron cuando tenía 15 años y lamentablemente 3 años después muere su papá, esto le dejó mucho equipaje emocional y adoptó el papel de “papá”, al ser el mayor sentía esa carga de ser el salvador.
Durante toda la plática me divertí mucho porque tiene una forma muy única de contar su historia, es de esos amigos que siempre tienen un chiste, de hecho se dedicó a la comedia como un mecanismo de defensa porque de chavo era el flaquito que tenía lo dientes chuecos y lo bulleaban, descubrió que echándose un chiste caía bien y ya no lo molestaban. ¿Qué es un mecanismo de defensa? La psicóloga Anna Freud desarrolló una teoría sobre esto y explicó que son las barreras para afrontar la realidad, es decir las estrategias que tiene nuestro subconsciente para adaptarnos a las situaciones, todos las hemos utilizado, la psicología dice que son parte de nuestro funcionamiento.
Algo que admiro de él es que todo lo que tiene se lo ha ganado. Entró al CEA a estudiar actuación, y su primer papel fue en una obra de un cuento de Shakespeare, tuvo un papel de un personaje muy cómico llamado Parolles, desde ahí le cayó el 20 de que el mejor reconocimiento es el del público, es más quiso dejar el siguiente mensaje: “Nosotros no estaríamos de este lado si no fuera por ustedes, muchas gracias por eso, seguiré haciéndolo con la mayor pasión posible”.
La forma en que llegó a una “Familia de diez” fue otro episodio bastante divertido, pues lo invitaron a hacer el casting y estaban convocadas 150 personas, pero solo llegaron 2, el otro compañero llegó a decir que no iba a poder estar y Jorge Ortiz le dijo, pues ya te quedaste, pero antes de llegar aquí tuvo que pasar por una serie de personajes en donde se rifó, en un ocasión en un programa empezó a improvisar y en una de las escenas nos contó que le dieron una “golpiza” como parte del programa, él se lo tomó muy personal, pero no tiró la toalla y decidió seguir demostrando su talento, este papel lo llevó a otro hasta llegar a una “Familia de diez”, pero no todo fue miel sobre hojuelas, llegó a pasar momentos muy difíciles al grado de que pasaban 3 o 4 días y comía 2 latas de atún, pero hoy puede decir que todos los proyectos han sido fregones porque le han dado algo.
Conecté mucho con él porque compartimos el gran amor que sentimos por nuestras esposas y familia.
Vamos al momento estelar, su peor error, y con la familia es el haber intentado ser el “papá” de sus hermanos cuando no le correspondía.
En las relaciones personales, haber puesto en el otro todas sus expectativas y control.
En el trabajo, que quizás siempre dice, sí.
Y en el sexo, fue que de chavito era demasiado calenturiento y eso lo pudo haber puesto en una situación de un embarazo no deseado. Nos contó una anécdota que vivió con su esposa en donde nos reímos mucho, te recomiendo que la escuches.
Hace poco hizo una película con nada más y nada menos que el actor Rob Schneider.
Al principio te conté que Ricardo audicionó para Mercurio, bueno pues resulta que él siempre tuvo la cosquillita de cantar y bailar, cuando nos salimos algunos del grupo hicieron una audición, su madrina (que es la tía del buen Alex Sirvent) le comentó a Ricardo, fue a hacer el casting pero el destino le tenía preparado otras cosas y no quedó, pero me sorprendí de lo pequeño que es el mundo.
Fue una plática deliciosa y descubrí una historia de lucha, pasión y entrega por lo que hace, me gustaría que me contaras ¿Cuál fue tu parte favorita de la plática?