Fidel, el más preclaro hijo de Cuba en el siglo XX .. Demostró que sí se pudo, sí se puede y se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba, o lo que es lo mismo, ¡Garantizar la independencia y la soberanía de la patria! La autoridad de Fidel y su relación entrañable con el pueblo fueron determinantes para la heroica resistencia del país en los dramáticos años del periodo especial (…). Entonces pocos en el mundo apostaban por nuestra capacidad de resistir y vencer ante la adversidad y el reforzado cerco enemigo; sin embargo, nuestro pueblo bajo la conducción de Fidel dio una inolvidable lección de firmeza y lealtad a los principios de la Revolución. Al rememorar esos difíciles momentos, creo justo y pertinente retomar lo que sobre Fidel expresé el 26 de Julio de 1994, uno de los años más difíciles, en la Isla de la Juventud, hace más de 22 años, cito: «...el más preclaro hijo de Cuba en este siglo, aquel que nos demostró que sí se podía intentar la conquista del Cuartel Moncada; que sí se podía convertir aquel revés en victoria», que logramos cinco años, cinco meses y cinco días, aquel glorioso Primero de Enero de 1959, esto último añadido a las palabras textuales que dije en aquella ocasión. Nos demostró «que sí se podía llegar a las costas de Cuba en el yate Granma; que sí se podía resistir al enemigo, al hambre, a la lluvia y el frío, y organizar un ejército revolucionario en la Sierra Maestra tras la debacle de Alegría de Pío; que sí se podían abrir nuevos frentes guerrilleros en la provincia de Oriente, con las columnas de Almeida y la nuestra; que sí se podía derrotar con 300 fusiles la gran ofensiva de más de 10 000 soldados», que al ser derrotados el Che escribió en su Diario de Campaña, que con esa victoria se le había partido la columna vertebral al ejército de la tiranía; «que sí se podía repetir la epopeya de Maceo y Gómez, extendiendo con las columnas del Che y Camilo la lucha desde el oriente hasta el occidente de la isla; que sí se podía derrocar, con el respaldo de todo el pueblo, la tiranía batistiana apoyada por el imperialismo norteamericano. «Aquel que nos enseñó que sí se podía derrotar en 72 horas» y aún menos, «la invasión mercenaria de Playa Girón y proseguir al mismo tiempo la campaña para erradicar el analfabetismo en un año, como se logró en 1961. «Que sí se podía proclamar el carácter socialista de la Revolución a 90 millas del imperio, y cuando sus naves de guerra avanzaban hacia Cuba, tras las tropas de la brigada mercenaria; que sí se podía mantener con firmeza los principios irrenunciables de nuestra soberanía sin temer al chantaje nuclear de Estados Unidos en los días de la Crisis de los misiles en octubre de 1962. «Que sí se podía enviar ayuda solidaria a otros pueblos hermanos en lucha contra la opresión colonial, la agresión externa y el racismo. «Que sí se podía derrotar a los racistas sudafricanos, salvando la integridad territorial de Angola, forzando la independencia de Namibia y asestando un rudo golpe al régimen del apartheid. «Que sí se podía convertir a Cuba en una potencia médica, reducir la mortalidad infantil a la tasa más baja del Tercer Mundo, primero, y del otro mundo rico después; porque en este continente por lo menos tenemos menos mortalidad infantil de menores de un año de edad que Canadá y los propios Estados Unidos, y, a su vez, elevar considerablemente la esperanza de vida de nuestra población. «Que sí se podía transformar a Cuba en un gran polo científico, avanzar en los modernos y decisivos campos de la ingeniería genética y la biotecnología; insertarnos en el coto cerrado del comercio internacional de fármacos; desarrollar el turismo, pese al bloqueo norteamericano; construir pedraplenes en el mar para hacer de Cuba un archipiélago cada vez más atractivo, obteniendo de nuestras bellezas naturales un ingreso creciente de divisas. «Que sí se puede resistir, sobrevivir y desarrollarnos sin renunciar a los principios ni a las conquistas del socialismo en el mundo unipolar y de omnipotencia de las transnacionales que surgió después del derrumbe del campo socialista de Europa y de la desintegración de la Unión Soviética. «La permanente enseñanza de Fidel es que sí se puede, que el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones si no desfallece su voluntad de vencer, hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles principios». Esas palabras que expresé hace más de dos décadas sobre quien, tras el desastre del primer combate en Alegría de Pío (…), nunca perdió la fe en la victoria, y 13 días después, ya en las montañas de la Sierra Maestra, un 18 de diciembre del año mencionado, al reunir siete fusiles y un puñado de combatientes, exclamó: «¡Ahora sí ganamos la guerra!». Ese es el Fidel invicto que nos convoca con su ejemplo y con la demostración de que ¡Sí se pudo, sí se puede y sí se podrá! O sea, repito que demostró que sí se pudo, sí se puede y se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba, o lo que es lo mismo, ¡Garantizar la independencia y la soberanía de la patria! Nota: Fragmentos del discurso pronunciado por el Primer Secretario del Comité Central del Partido, el 3 de diciembre de 2016.
La deuda externa de cuba en 1958 no era de USD 603 millones si no de casi USD 50 millones. Esto equivale a aproximadamente a casi USD 400 al 2015 y significó un aumento de 150 veces esa deuda del año 1958. Cuba con un plantel de habitantes en condición laboral y con sueldos que como mucho alcanzan a los USD 25 per cápita, arrastra la mayor deuda del continente americano. Esto no incluye las deudas condonadas que ha tenido, y menos aún los USD 6000 millones que le significaba a la URSS sostener a Cuba cada año. Desde ya tampoco incluye el acumulado de la deuda cubana por las expropiaciones impagas de todas las empresas realizadas por Fidel y la Revolución. Cuando la Revolución viró súbitamente hacia al socialismo comunista al poco de andar el nuevo régimen, esto se hizo sin la anuencia de los revolucionarios, si no tan solo por decisión de Fidel Castro y su grupo reducido de seguidores dilectos. En ese momento se expropió sin mediar ningún pago todas las empresas de capitales extranjeros y también las empresas privadas de capital netamente cubano. Lo mismo ocurrió con las tierras y plantaciones , etc...etc... Aquello que no fue aceptado por las empresas de capital yanqui, significaría hoy para cualquier economía occidental una deuda impaga y acumularía desde ya tamb. una gigantesca suma de intereses arrastrados a lo largo de décadas y décadas. Hoy Cuba "alquila" médicos cubanos a varios países, en el caso de Vzla a cambio de petróleo que recibe a manos llenas esquilmando al pueblo de Vzla que vive en el hambre y la miseria. Chávez hizo esos convenios regalando a Castro el combustible manos llenas como lo hizo con todo el que pudo para ganarse un lugar ficticio en el concierto político Latinoamericano, pretendiendo ser así una gran figura internacional a costa del empobrecimiento de su propio pueblo. El milagro cubano no es tal cosa ya que ha sido como dicen los españoles "un paga Dios", es decir que los únicos logros cubanos que son la medicina y la educación no han sido tal cosa, han sido posibles gracias al sacrificio de los rusos que vivieron aplastados por su socialismo soviético y empobrecidos, quienes mantuvieron la fantasía de laboratorio del socialismo de Fidel que no ha logrado producir lo que debía para exportar y obtener así los bienes de intercambio que Cuba necesita. Hoy Cuba tas eliminar al siniestro Batista y luego de 60 años de dictadura cerrada y enclaustrando a su pueblo, no ha logrado per se nada, sigue en la pobreza y con una cartilla de racionamiento miserable. Cuba no podría existir si no fuera por las infraestructuras muy básicas hechas durante los años de las enormes remesas de la Rusia Soviética, por las remesas enormes en dólares de los familiares de cubanos exilados residentes en el exterior a sus necesitadas familias en la isla, y por el ahorro que significó no haber pagado un cobre de lo adeudado jamás. Otro aporte a la economía cubana es el del turismo, que gracias a empresas extranjeras deja divisas en el país, pero los dólares que ingresan quedan en manos del estado Cubano a través de la estructura militar del ejército del país que es el propietario de la mayoría del sistema turístico si no me equivoco. Es decir que el turismo tan solo genera trabajo al pueblo , pero ese trabajo es remunerado en moneda cubana no convertible. Las divisas se las queda el estado y no el pueblo A cambio de la salud y educación no hay libertad ni progreso ni nada de nada, 60 años y casi 4 generaciones inmoladas por la revolución podrían haber aportado no solo una buena educación y salud, también debiera haber permitido alcanzar un infinitamente mejor standard de vida y una libertad incuestionada.
El honor de la patria no se mancilla no apoyo la pena de muerte pero esta desicion la apoyo a 90 millas nauticas del imperio amenazante y dandole justificacion a invadir el suelo patrio y despotricar d la rrevolucion. El paredon lo tenia ganado
Fidel, el más preclaro hijo de Cuba en el siglo XX .. Demostró que sí se pudo, sí se puede y se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba, o lo que es lo mismo, ¡Garantizar la independencia y la soberanía de la patria! La autoridad de Fidel y su relación entrañable con el pueblo fueron determinantes para la heroica resistencia del país en los dramáticos años del periodo especial (…). Entonces pocos en el mundo apostaban por nuestra capacidad de resistir y vencer ante la adversidad y el reforzado cerco enemigo; sin embargo, nuestro pueblo bajo la conducción de Fidel dio una inolvidable lección de firmeza y lealtad a los principios de la Revolución. Al rememorar esos difíciles momentos, creo justo y pertinente retomar lo que sobre Fidel expresé el 26 de Julio de 1994, uno de los años más difíciles, en la Isla de la Juventud, hace más de 22 años, cito: «...el más preclaro hijo de Cuba en este siglo, aquel que nos demostró que sí se podía intentar la conquista del Cuartel Moncada; que sí se podía convertir aquel revés en victoria», que logramos cinco años, cinco meses y cinco días, aquel glorioso Primero de Enero de 1959, esto último añadido a las palabras textuales que dije en aquella ocasión. Nos demostró «que sí se podía llegar a las costas de Cuba en el yate Granma; que sí se podía resistir al enemigo, al hambre, a la lluvia y el frío, y organizar un ejército revolucionario en la Sierra Maestra tras la debacle de Alegría de Pío; que sí se podían abrir nuevos frentes guerrilleros en la provincia de Oriente, con las columnas de Almeida y la nuestra; que sí se podía derrotar con 300 fusiles la gran ofensiva de más de 10 000 soldados», que al ser derrotados el Che escribió en su Diario de Campaña, que con esa victoria se le había partido la columna vertebral al ejército de la tiranía; «que sí se podía repetir la epopeya de Maceo y Gómez, extendiendo con las columnas del Che y Camilo la lucha desde el oriente hasta el occidente de la isla; que sí se podía derrocar, con el respaldo de todo el pueblo, la tiranía batistiana apoyada por el imperialismo norteamericano. «Aquel que nos enseñó que sí se podía derrotar en 72 horas» y aún menos, «la invasión mercenaria de Playa Girón y proseguir al mismo tiempo la campaña para erradicar el analfabetismo en un año, como se logró en 1961. «Que sí se podía proclamar el carácter socialista de la Revolución a 90 millas del imperio, y cuando sus naves de guerra avanzaban hacia Cuba, tras las tropas de la brigada mercenaria; que sí se podía mantener con firmeza los principios irrenunciables de nuestra soberanía sin temer al chantaje nuclear de Estados Unidos en los días de la Crisis de los misiles en octubre de 1962. «Que sí se podía enviar ayuda solidaria a otros pueblos hermanos en lucha contra la opresión colonial, la agresión externa y el racismo. «Que sí se podía derrotar a los racistas sudafricanos, salvando la integridad territorial de Angola, forzando la independencia de Namibia y asestando un rudo golpe al régimen del apartheid. «Que sí se podía convertir a Cuba en una potencia médica, reducir la mortalidad infantil a la tasa más baja del Tercer Mundo, primero, y del otro mundo rico después; porque en este continente por lo menos tenemos menos mortalidad infantil de menores de un año de edad que Canadá y los propios Estados Unidos, y, a su vez, elevar considerablemente la esperanza de vida de nuestra población. «Que sí se podía transformar a Cuba en un gran polo científico, avanzar en los modernos y decisivos campos de la ingeniería genética y la biotecnología; insertarnos en el coto cerrado del comercio internacional de fármacos; desarrollar el turismo, pese al bloqueo norteamericano; construir pedraplenes en el mar para hacer de Cuba un archipiélago cada vez más atractivo, obteniendo de nuestras bellezas naturales un ingreso creciente de divisas. «Que sí se puede resistir, sobrevivir y desarrollarnos sin renunciar a los principios ni a las conquistas del socialismo en el mundo unipolar y de omnipotencia de las transnacionales que surgió después del derrumbe del campo socialista de Europa y de la desintegración de la Unión Soviética. «La permanente enseñanza de Fidel es que sí se puede, que el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones si no desfallece su voluntad de vencer, hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles principios». Esas palabras que expresé hace más de dos décadas sobre quien, tras el desastre del primer combate en Alegría de Pío (…), nunca perdió la fe en la victoria, y 13 días después, ya en las montañas de la Sierra Maestra, un 18 de diciembre del año mencionado, al reunir siete fusiles y un puñado de combatientes, exclamó: «¡Ahora sí ganamos la guerra!». Ese es el Fidel invicto que nos convoca con su ejemplo y con la demostración de que ¡Sí se pudo, sí se puede y sí se podrá! O sea, repito que demostró que sí se pudo, sí se puede y se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba, o lo que es lo mismo, ¡Garantizar la independencia y la soberanía de la patria! Nota: Fragmentos del discurso pronunciado por el Primer Secretario del Comité Central del Partido, el 3 de diciembre de 2016.
