El órgano es un instrumento de teclado con gran cantidad de tubos, afinados individualmente, por los que pasa el aire comprimido por unos fuelles mecánicos. En su consola están los teclados, las peanas, los pistones, el pedalero y los controles para su funcionamiento. Los tubos, conductos de aire y el secreto están en el interior de la caja mueble o fachada decorada que los envuelve.
El primer indicio de la existencia de un órgano en la Catedral de Burgos es de 1223. Dos años más tarde también aparece la firma de Pedro de León, maestro de órgano, por mandato del Obispo Mauricio, solicitando dinero para pagar al organista y mantener los órganos.
En 1253, el Visitador apostólico Cardenal Gil de Torres, ordena que se asigne un dinero a un Doctor en Órgano, para tocar en las solemnidades, concretándose sus obligaciones, en 1377, dentro de un Estatuto aprobado por el Obispo y el Cabildo. Tras Pedro de León, el organista Juan de Burgos, en 1492, tocó en las Pascuas y principales fiestas, contratando luego a un segundo organista de forma temporal. Cincuenta años después, el Cabildo buscó organistas estables para la Catedral, pero pedían más de lo que se ofrecía.
A los lados de la nave central de la catedral en 1308 ya existían dos antiguos órganos, pero hasta el siglo XV no hay datos más precisos de su existencia en el archivo. En su lugar, ahora están situados otros dos órganos enfrentados, y según se mira hacia el altar, está el de la Epístola a la derecha y el del Evangelio a la izquierda.
El órgano de la Epístola se construyó en 1626, sufriendo varias reformas en cada época. Es un órgano romántico sinfónico de afinación temperada, perteneciente a la escuela castellana con 1656 tubos, que posee la mayoría de los instrumentos. Tiene dos teclados, el superior para acompañar la liturgia y el canto, y el inferior con mayor potencia de sonido. Cuenta con 56 notas y varios registros que enriquecen su sonido.
Entre 1636 y 1639 Juan de Argüete realiza una gran reforma. Cuarenta años más tarde, Orio Tejada realiza trabajos de puesta a punto para tocar en la entrada de Felipe V en su visita a Burgos. Seis años después, José de Echevarría efectúa otra reforma profunda y compleja.
En 1885, los Hermanos Roqués aumentan la extensión de los teclados, añadiendo nuevos registros, los pedales y modificando su afinación.
El órgano del Evangelio es de una década posterior, con lengüetería muy desarrollada, precisando una afinación atemperada, característica de finales del Barroco, con las 12 notas de la escala cromática del mismo valor. Su sonido es más cálido por el predominio de tubos de madera.
Antonio Zapata lo reconstruyó en 1644, modificando el secreto y los fuelles para añadir chirimías y trompetas.
Cincuenta años después Julián de Maqueda aumentó la capacidad de los fuelles y su sonoridad. José de Echevarría en 1710 aumentó su capacidad, con trompetería horizontal, registros de adorno, y sistema de ecos, construyendo el balcón de su fachada trasera.
Pedro Merino de la Rosa, dieciséis años después lo afinó como el de la epístola y en 1806, Juan Manuel de Betolaza le añadió un segundo teclado, cuatro juegos sonoros en los pedales, desarrollando su lengüetería.
La Academia de Bellas Artes de San Fernando obligó a modificar su mueble exterior con la estética neoclásica.
Federico Acitores en 1988, restauró este órgano barroco ibérico de 2100 Tubos.
El órgano de la Capilla del Condestable es el más antiguo que se conserva en la catedral, construido por Fernán Giménez de Vitoria en 1530. Su caja-mueble renacentista que lo contiene es la más antigua y mejor conservada en España, e intervinieron en su realización Felipe de Vigarny y Diego de Siloé.
Consta de 4 octavas con un teclado de 45 teclas, un pedalero de 8 contras y 519 tubos repartidos en 15 registros partidos.
Le sigue en antigüedad el órgano de la capilla de San Enrique. Realizado en 1674, y construido siguiendo la estética de la capilla, con mueble del siglo XVII y algunas piezas de un órgano anterior, ya que el secreto y su decorado teclado pueden pertenecer a un órgano de cámara.
De estilo barroco y escuela castellana, posee 462 tubos. Julián Maqueda lo reparó en 1691 y el taller de Gerard Grensin lo restauró en el año 2000.
El Órgano de la capilla de Santa Tecla es el más moderno de la Catedral. Fue construido por Luis Magaz en 2004. Es romántico con 900 tubos y en la consola posee 2 teclados manuales de 56 notas con 12 registros y un teclado pedal de 30 notas con 2 registros. En su instalación, se separó su consola situándola a un costado de la capilla, dirigiéndose el órgano mediante una señal de radio al presionar las teclas, registrándose el sonido con un poco de retardo.
Su función es acompañar la liturgia, las misas de los canónigos y bodas. Como curiosidad, en las arquivoltas de la Puerta del Sarmental, uno de los instrumentistas tiene un órgano portativo y le acompaña el “manchador” que maneja el fuelle.
29 сен 2024
