Alberto Herrera entrevista a Rubén Díez, adventure traveler 

Deliciosa entrevista de Alberto, como siempre

No sé decir cuál de los dos me gustó más, si entrevistado o entrevistador. Fascinantes los dos y súper jóvenes que dejan su huella en los demás

Carta a Alberto Herrera. Alberto, me dirijo a ti esperanzado en que hagas llegar este escrito a tu padre, con el fin de que nos trate con la educación y respeto que los gitanos merecemos, cosa que él se empeña en obviar a la mínima que tiene ocasión en un medio público de tanta difusión, contribuyendo sabiéndolo o no, al antigitanismo creciente en nuestro país del que parece no hacerse eco o tomandoselo a broma. Son los viejos los que tienen que evitar los males por la experiencia de vida que se les supone, y no los jóvenes los que se lo reprochemos y pidamos vergüenza. El colectivo gitano no es un gremio de carniceros, picapedreros ni torneros fresadores, somos familias con hijos a los que educar en la igualdad de razas, etnias y sexos, hecho que se nos hace muy cuesta arriba cuando desde los medios y, desde la ciudad con el tanto por ciento más alto de ciudadanos gitanos hay en España, un señor con una pila de años, de apellido Herrera se empeña en tenernos en boca, siempre para mal, menos cuando hay algún invitado gitano, ahí se vuelve muy gitanillo él. Oigase la canción gitano de temporà de Raimundo que le viene, tristemente, al pelo en este caso a don Carlos. Somos muchos los que hoy se nos atragantaba el desayuno cuando su señor padre calificaba de "gilipollez" el hecho de que se van a "analizar los estereotipos gitanos", en obras como La Gitanilla de Cervantes y otros. No criticar, no calificar de indeseables y vomitivos, sino que le parecía una "gilipollez" el mero análisis. Se ve que él no sufre y se pone de perfil ante estos hechos y que no tiene que explicar a sus hijos el porqué del desprecio incluso en los clásicos, de unas personas que ni siquiera los conocen, pero que son despreciados, de entrada en su tierna infancia, por sexagenarios desconocidos de forma gratuita en una emisora que predica el amor al progimo, calificando de gilipollez el mero hecho del análisis de lo que dijo Cervantes en su obra, que si bien hace siglos, sí que debería de enseñarse en las aulas que eso no es así... Pero eso al señor Herrera le parece una gilipollez. Otro día dijo que el acuerdo del PSOE y Bildu era como una boda gitana, ¿a qué viene eso? Que sepas que en las bodas gitanas no se celebra la unión de una pareja, sino la honra de una familia que es coronada por la virginidad de la novia, cosa que si se produjese en las bodas no gitanas, bajaría San Pedro (extrañado de que el vestido blanco de la novia fuera por algo), con una campanilla cantando alabanzas, así que lávense fétidas bocas para hablar de las bodas gitanas en contextos que no vienen a cuento. Ojalá la palabra de los no gitanos, políticos o no, fuera tan respetada como cuando la damos nosotros, que va a misa y comulga. Otro gallo nos cantaría en este país de mentirosos, ladrones comeollas y cuentas en Suiza que nos dirigen. Solo pido que Carlos Herrera nos deje en paz, simplemente, y lo digo con la educación para con él, que él no ha tenido y se empeña en no tener con nosotros, solo para hacer palmitas en la feria de Sevilla y para que la señora López Schlichting, a la que admiro, lo llame "mi gitano", cosa que queda guay e inclusiva, pero grande a todas luces. Lejos de mostrarnos "ofendiditos" estamos hasta las mismísimas narices y ya nos tiramos a las caras y sacamos los cachos, metafóricamente por ahora y mientras aguantemos. Te deseo éxitos y que tengas en cuenta lo te te he expuesto y no caigas en ese error tan cutre. Saludos.