Jorge está aprendiendo a respirar. Tiene 42 años y lleva 40 días en la UCI. Su fisioterapeuta practica con él. Utiliza técnicas de movimiento y de fisioterapia respiratoria. Las secuelas del COVID son brutales. Juana está mejor pero todavía respira con dificultad. Durante la sesión tiene que parar a coger aire. Los pacientes escuchan a su fisioterapeuta pero están muy desorientados. Cuando despiertan tras la intubación, tienen que aprender a vivir. El destete es el momento más importante. Por eso mientras están sedados ya comienza la rehabilitación, para poder quitarles la respiración mecánica. Sus músculos están débiles y no es solo por el reposo prolongado. La enfermedad no solo produce neumonía. Debilita todos los músculos y por lo tanto los órganos. Tienen que aprender a comer, a tragar y a respirar de nuevo. Empiezan de cero como los niños pequeños. Para eso el trabajo es multidisciplinar, el de intensivistas y médicos rehabilitadores en la UCI del hospital de La Princesa. Hoy hay 26 enfermos. La atención precoz mejora la supervivencia. E intentan reducir la mortalidad y las secuelas devastadoras que está produciendo el COVID.
Fuente: ATLAS
24 авг 2024
