5 días, 1000 km y mucha fuerza de voluntad. Cuando mi amiga Ana me propuso hacer esta travesía nunca pensé que la hiciéramos realidad, pensé que sería uno de esos planes que uno aplaza y aplaza y nunca hace realidad. Pero cuando se llegó el día y me encontré empacando todo lo que el espacio en las alforjas permitía (3 jerseys, 2 badanas, 1 pantaloneta, 1 camiseta y un par de crocs) sentía el miedo de lo que se nos venía encima. El primer día nos mandamos una de las travesías más largas y duras que he hecho en bici. 258 km de pura fuerza de mente y de no mirar el ciclocomputador para no desanimarse. Los kilometros se sumaban muy lentamente y parecía que nunca llegaríamos a nuestro destino. Pero llegamos. Y así fue día tras día. Al irnos a dormir no sabíamos cómo íbamos a hacer para rodar tanto y tan parejo el día siguiente. Pero lo hacíamos. El bike packing no es solo un ejercicio de piernas sino de cabeza. Sin el apoyo de Ana al lado no hubiese logrado completar esto. Es una amiga extremadamente fuerte y consistente. Una compañía firme y que siempre encuentra la manera de que las cosas funcionen. Muchas veces durante la travesía me preguntaba por qué estaba haciendo esto y siempre llegaba a la misma respuesta: para demostrarme que puedo. Y pude. Aún sigo asimilando todo la travesía porque realmente se sufrío mucho pero se disfruto infinitamente más. Hay miles de historias que quedan por contar de esos 5 días de locura y espero contárselas a todos mis amigos cuando los vea. A ustedes muchas gracias por estar pendientes, su apoyo fue muy importante todo el tiempo también. También quiero agradecer especialmente a Kevin que nos acogió en Santa Marta y nos llevó a conocer Minca, que áspero eres Kevin ❣️A todos ustedes les quiero mucho y me voy a descansar. Picos.
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5 окт 2024
