La gaveta, cesta, caja o montaña de los “proyectos para arreglar”, no tiene sin fin, es la historia interminable del cuarto de costura. Y lo peor es que, lo sabemos y dejamos pasar los días, semanas y meses sin hacer nada al respecto.
Con la entrada al año nuevo, me propuse darle fin a esta situación y ver, por fin, la gaveta vacía y, hace un par de meses, arreglé dos vestidos que no me había podido poner y que desde entonces, he usado muchísimo. • Cómo ajustar y transfo...
Las siguientes de la lista eran dos camisas que me quedaban largas y desaliñadas. Las dos las compré por muy poco dinero en rebajas y se merecían un poquito de cariño.
La primera es una camisa en color crema con lunares en marrón. La gracia es que el cuello y los puños tienen el mismo estampado pero con un lunar mucho más pequeño. Como a mi me gusta ir remangada y nunca llevo las blusas así, decidí cortar las mangas por la sisa y acortarlas. Es un cambio pequeño pero que a mí me viene genial y es justo lo que quería, que se vean los dos estampados en conjunto.
La segunda tiene un tejido más natural y un bolsillo en el pecho, que fue lo primero de lo que me deshice. Y cómo cambio más radical, le corté las mangas y la dejé para aprovecharla en verano, ya que ya tengo bastantes camisas de este estilo y sin mangas ninguna.
Son cambios sencillos pero suponen un refresco mental en el cuarto de costura, porque son dos cosas menos a arreglar, y dos prendas más de las que disponer en nuestro armario, todo ventajas!
26 авг 2024
