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🔴 En este Video: Es necesario estar presente para poder apreciar la belleza, la majestuosidad y la sacralidad de la naturaleza. ¿Alguna vez has contemplado la infinitud del espacio en una noche despejada, quedándote maravillado por su inmenso y tranquilo esplendor? ¿Has escuchado de verdad el murmullo de un arroyo en el bosque? ¿Y el canto de un ave al atardecer en un apacible día de verano? Para ser consciente de este tipo de estímulos, nuestra mente debe estar en calma. Debemos dejar de lado momentáneamente nuestras preocupaciones personales, el pasado y el futuro, así como todo nuestro bagaje de conocimientos, porque si no lo hacemos, veremos pero no miraremos, oiremos pero no escucharemos. Debemos estar completamente presentes.
Sin embargo, hay algo más, algo que no puede ser nombrado, algo profundo e interno: la esencia sagrada. Dondequiera y cada vez que encontramos algo hermoso, percibimos el resplandor de esta esencia interna, que solo se revela cuando estamos presentes. ¿Podría ser posible que esta esencia innombrable y tu presencia fueran una sola y misma cosa? ¿Existiría si tú no estuvieras presente? Adéntrate en esta reflexión. Descúbrelo por ti mismo.
La belleza nos rodea constantemente, pero a menudo nos distraemos con nuestras preocupaciones diarias y no logramos apreciarla plenamente. La vida moderna nos llena de ansiedad, estrés y agitación, lo cual dificulta nuestra capacidad de estar presentes y conectados con nuestro entorno. Sin embargo, cuando logramos dejar de lado estos pensamientos y nos sumergimos en el momento presente, podemos experimentar la hermosura que nos rodea.
Cuando nos encontramos ante un paisaje impresionante, como una montaña imponente, un océano expansivo o la simple naturaleza en un parque, es fácil quedar maravillados por su grandeza. Pero la belleza también se puede encontrar en los detalles más pequeños y simples de la vida cotidiana. Un rayo de sol que se filtra a través de las hojas de un árbol, creando un juego de luces y sombras en el suelo. El aroma de las flores en primavera. El canto de los pájaros al amanecer. Estos momentos efímeros nos brindan la oportunidad de conectarnos con la belleza intrínseca de la existencia.
La clave para experimentar la belleza de manera plena radica en nuestra capacidad de estar presentes en el momento. Cuando nuestra mente está en calma y libre de pensamientos intrusivos, podemos abrirnos a la experiencia sensorial del mundo que nos rodea. Al dejar de lado nuestras preocupaciones y expectativas, nos permitimos sumergirnos en la realidad presente y descubrir la belleza en su forma más pura.
La presencia consciente nos invita a estar completamente inmersos en el aquí y ahora. Nos ayuda a despojarnos de nuestras cargas emocionales y mentales, permitiéndonos experimentar la realidad de manera directa y sin filtros. Cuando estamos presentes, nos volvemos receptivos a los detalles sutiles y a las maravillas que nos rodean, lo cual enriquece nuestra experiencia de vida y nos conecta con un sentido más profundo de gratitud y asombro.
Puedes practicar la presencia consciente en tu vida diaria dedicando unos momentos a estar plenamente presentes en tus actividades cotidianas. Por ejemplo, cuando te encuentres en la naturaleza, toma un momento para observar detenidamente tu entorno. Presta atención a los sonidos, los olores, las texturas y los colores que te rodean. Siente la brisa en tu piel, el calor del sol en tu rostro. Permítete sumergirte por completo en la experiencia sensorial de ese momento.
Recuerda que la belleza no solo se encuentra en el mundo exterior, sino que también reside dentro de nosotros mismos. Al estar presentes y conectados con nuestro ser interior, podemos experimentar una belleza interna que trasciende las apariencias físicas. La autenticidad, la bondad, la compasión y el amor son cualidades internas que reflejan nuestra verdadera esencia y que pueden irradiar belleza en nuestras interacciones con los demás.
Artículo inspirado en el libro El poder del ahora de Eckhart Tolle
31 май 2024
