Cabo de Gata: historia y naufragios.
La costa agreste y recortada por el viento del Cabo de Gata es una de las
zonas más fascinantes y sobrecogedoras del litoral peninsular. Un paraje
insólito en el sureste español, donde latió un corazón volcánico hace millones de años.
La geología y la historia originaron una tierra y un paisaje repleto de vestigios de las diversas culturas que aquí batallaron por su supervivencia.
Compartiendo clima y cultura con el norte de África, los recursos ligados a la agricultura se alternan con restos de fortificaciones y construcciones dedicadas, en su mayoría, a funciones defensivas, como la Batería Fortificada de san Felipe, diseñada en 1735 durante el reinado de Carlos III y sacada del olvido en 1991 para su restauración.
La historia y las leyendas van de la mano en el castillo de San Pedro,
construido en tres partes y en tres siglos diferentes. Entre ruinas de otro tiempo domina un enclave privilegiado frente a la cala del mismo nombre. Y sigue ahí, desde 1583.
De igual modo que los terremotos, los volcanes o los piratas, los naufragios han dejado una huella indeleble en la vida sumergida del Cabo de Gata. Un mosaico de microhábitats diversos se arremolina bajo los cañones oxidados de la fragata El Águila, una embarcación del siglo XVII que nos habla de cerradas disputas sobre un mar antiguo. Paradójicamente, tras su hundimiento y con el paso de los siglos ha propiciado cobijo a nuevas formas de vida.
La confluencia de corrientes atlánticas y mediterráneas propicia más de un millar de especies bajos las aguas de este mar. Colores verdes, morados, rojizos o anaranjados destacan sobre el fondo marino poniendo al descubierto un mundo de códigos secretos y hermosos.
Al suroeste del faro de Cabo de Gata y a 40 metros de profundidad, en una
zona considerada de inmersión peligrosa a causa de las fuertes corrientes que la azotan, encontramos un mercante hundido en los años treinta. Con una eslora de 75 metros, se ha convertido en refugio de fauna marina y en soporte idóneo para los organismos filtradores. A pesar de su silueta y sus perfiles reconocibles, este trozo de la historia del mar es ya un involuntario arrecife cuyo recubrimiento vegetal y animal aporta biodiversidad a la comunidad.
Pero en este gran centro social donde la vida fluye con fuerza y miles de
formas de vida se dan cita para alimentarse, refugiarse o reproducirse, algunos peces se desplazan con sigilo, en espera de una ocasión propicia.
Los depredadores, como el mero o la morena, se deslizan por los laberintos de la historia, esperando entre hierros y sombras el momento oportuno de capturar a sus presas.
Créditos: Imagen/Video MAR DE ESPAÑA.ES
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17 фев 2022
