El primer disco de Cecil Taylor, Jazz Advance, ya apuntaba maneras. Contiene, amén de tres piezas originales del autor, cuatro otras de diversos músicos a las que imprimiría su toque iconoclasta y rebelde, entre ellas, y para abrir boca, este "Bemsha swing" de Thelonious Monk interpretado de modo un tanto críptico y sucinto, «cuyas líneas se descomponen en fragmentos desgarrados y en acordes de brega», como subrayara John Fordham. Politonía desmadrada de un principiante que, sin romper amarras, marca distancias que le llevarán al feejazz, ese gran movimiento del que sería uno de los principales mentores. En esta descompostura, que aúna audacia, talento y maestría, ya pronuncia su devenir musical y el espíritu iconoclasta que le distinguen. «El batería ataca, y el tema recuerda la extraña composición rítmica de Monk y del bebop. La apertura de la composición, sobre una armonía subyacente, parece anunciar una serie de variaciones regulares del jazz. Mas, a medida que se desarrolla, la presencia de otro tipo de musicalidad y de un espíritu diferente asombran, incluso desconciertan, claramente. Esos acordes bruscamente apuñalados, las conexiones cada vez más tortuosas entre los movimientos armónicos y los ritmos cruzados: sugieren una concepción totalmente diferente del bebop que, desde hacía una década, era la vanguardia del nuevo jazz». Marco, grazie ancora, per quest’altra perla de un album basico nella storia del jazz.