Jesús y su disposición de limpiar a todo aquel que se humilla y postra ante El, no solo limpio la lepra de este personaje sino que limpio su vida de pecado. Gloria a Dios.
Mateo 8
Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.
2 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
3 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.
4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.
3 окт 2024