Hubo una vez un tiempo cuando Onorúame habló a los rarámuri y les encargó el cuidado de los equilibrios del mundo.
A ese tiempo ancestral pertenece un instrumento musical que los rarámuri nombran chapareke, él cual forma parte del arsenal proporcionado por Onorúame para mantener esa armonía.
Ahora los equilibrios se han roto, el chapareke ya no se escucha en las fiestas y rituales.
Solo dos hombres, en su cotidianidad, mantienen vigente este instrumento y cargan sobre sus espaldas la tarea de mantener los delicados equilibrios que sostienen al universo y sus incesantes ritmos y ciclos de vida, muerte y renacimiento.
15 окт 2024