No es lo que hacemos sino lo que somos.
ÁGUEDA (Enferma de ELA desde 2010):
Quiero transmitir 3 ideas
1- apartarme de la Iglesia es lo más estúpido que he hecho en la vida
Y esto se hace poco a poco, casi sin darte cuenta, desobedeciendo las cosas que no comprendes porque no te formas, porque te juntas solo con gente que no es cristiana, por soberbia o por debilidad de carácter. Sin embargo, Obedecer cuando no comprendes, porque te fías de la iglesia, de la Madre, es humildad.
Con razón Jesús decía: "mi alimento es hacer la voluntad de mi Padre". El alimento es lo que te permite vivir. Yo no he estado más muerta que cuando me he separado de la iglesia, porque me privé del alimento de la obediencia a mi madre, la iglesia.
Bienaventurados los mansos porque ellos heredarán la tierra (Mt 5,4)
2- todo este sufrimiento de la enfermedad de la ELA, se transforma en vida a mi alrededor y esto es un misterio maravilloso. Yo lo llevo experimentando desde hace mucho tiempo pero hace poco descubrí que San Pablo también lo vivió porque escribió:
"La muerte actúa en nosotros para que la vida esté en vosotros" (cf 2Cor 4,12)
Cuando recibes un palo en la vida hay varias fases: primero angustia y miedo, luego negación, luego rabia, luego aceptación que es a lo que la mayoría llega, pero hay un paso más que se puede dar por pura gracia de Dios, la elección de la cruz. Como Jesús en el huerto de Getsemani, sigues pidiendo la curación pero estás decidido a entregar todo. Transformo la cruz en oportunidad de extender el reino a mí alrededor
En este abrazo se derraman gracias inefables y los frutos son incontables. Álex los cuenta luego.
3- voy a explicar el porqué del título de la charla que parece que no viene a cuento, pero sí . Hemos puesto este título porque había que poner alguno y a mi gustaba. "No es lo que hacemos sino lo que somos "
Una vez hablando con mi director espiritual le dije que yo ya no podía trabajar ni fregar ni planchar, ni nada, pero que me sentía bien porque me daba cuenta de que mis charlas ayudaban a muchas personas, me sentía útil. Pero qué iba a pasar cuando ya no pudiese hablar y él me dijo: "no es lo que haces sino lo que eres; para ser testimonio te basta con estar"
Yo valgo infinito, toda la sangre de Jesús y soy un don y dándome todo cobra sentido. Darse no es hacer sino ser.
Regalo vs Don. El regalo se entrega y quien lo recibe puede hacer con él lo que quiera mientras que el don siempre conlleva una tarea. Si mi vida es un don que vale toda la sangre de Cristo, tiene asociada la tarea de darme. Que es lo que estoy haciendo ahora aunque alex tenga que hablar por mí.
"Yo ya no puedo pero aun puedo" decía un enfermo de ELA que ya murió.
Siempre puedo darme, incluso cuando sólo puedo rezar, y aunque no pudiera ni rezar (pienso en un enfermo de Alzheimer) me daría permitiendo que otros se santifiquen por mí.
ALEJANDRO:
Yo os voy a contar 3 experiencias en las que a diario Agueda y yo vivimos en el cielo.
1) Por pura gracia de Dios, yo tengo una fe profunda y solida pero a la vez muy sencilla e infantil, lo que me ha ayudado a percibir cosas ocultas a los ojos, pero que realmente están, como el Cielo en la Santa Misa. Yo percibo el altar como un portal por donde Jesús se hace presente, me lo imagino como un espejo donde los gestos del sacerdote se ven reflejados pero en la figura de Cristo, hasta que traspasa esa superficie, de igual modo en el ambón, que es otro altar, cuando el sacerdote proclama el evangelio, siendo su reflejo Cristo y traspasando esta vez su voz.
2) En cuanto a los frutos de abrazar la cruz, yo mismo soy testigo del don que supone abrazar la cruz. La mía pesa 54 kg y la levanto a diario más de 30 veces.
Otro altar por donde Jesús se hace presente y nos permite a Agueda y a mí estar en el cielo, es en el Altar conyugal. Es otro portal reservado para los esposos donde, en este caso, el reflejo de nuestro abrazo conyugal es la imagen de la Santísima trinidad.
Águeda ya no puede abrazarme, y yo tengo miedo de hacerle daño en su estado, y sin embargo, el deseo de estar unidos cada noche en cuerpo y alma sigue estando muy presente y cada día es más intenso.
Al acostar a Agueda cada noche, la dejo recostada mirando hacia mí lado, con su mano traspasando la frontera con mi cama.
Como ella no puede moverse por su enfermedad, voy con muchas ganas de poder cogerle la mano para poder invocar al ES y que se haga presente, quedándome dormido cogido de su mano.
3) Agueda y yo tocamos el cielo a diario cuando rezamos el Rosario.
Cuando rezamos los misterios dolorosos, yo no puedo dejar de verme reflejado en el cuarto misterio: Jesús carga con la cruz.
Mienttas Maria miraba impotente a su hijo cargando con la cruz, apareció Simón de Cirene, siendo mirado mirado por María con mirada de agradecimiento por ver que ese desconocido ayudaba a su hijo a aliviar su sufrimiento. Yo así me siento cuando ahora cuido de Águeda.
28 ноя 2022
