Y la veo venir a mi Madrina Matilde en un coche e plaza con los regalos del niño Dios, pufff 😢, que épocas amig@s, a mi tío Chicho le encantaba esa cueca me pidió que se la cantara y no llegamos a la próxima reunión el se fue de gira y seguro en alguna esquina de más allá nos encontraremos y ahí será mi serenata ❤
Creo que si hay plazas en el cielo. Donde haya cuyanos existe nuestra magia... Lo bello de nuestra tierra sólo lo vemos los cuyanos.. Me encantó la interpretación. Viva Cuyo
Yo tuve ocasión de ser su pasajero, mi vida era pequeña y andaba por la plaza desparramando el tiempo de los juegos. Él, paraba en la esquina, ya entonces era abuelo. Una barba canosa, descuidada y aguda lo abultaba hacia el suelo. Como nubes celestes en cada madrugada por sus ojos andaba rondando el mismo sueño que juntara en las noches por llevar las tonadas de algún serenatero. "¡Cochero! ¿Cuánto me cobra hasta la calle Larga?" El carro era un destrozo que no se por qué causa seguía resistiendo, tal vez por el cariño, tal vez por el recuerdo, tal vez porque pensaba morirse con el viejo. "¡Cochero! ¿Cuánto me cobra hasta El Algarrobal?" Por contraste, el caballo era color de nieve, lo tiene mi memoria trotando el empedrado entre nubes de aliento, allá en las despiadadas mañanas del invierno. Un día, yo tuve ocasión de ser su pasajero. Me subí por las ganas de pisar su pescante, de sentarme en el brillo de su asiento, por esas ganas pequeñas que tenemos de niños de ver como se mueven las cosas desde adentro. Al volver a la plaza, preguntó mi temor de unas pocas monedas: "Cuánto salió la vuelta, Don Antonio?" Y él contestó: "Me sobra con un beso". Como suele ser siempre, mi infancia y su vejez perdieron con el tiempo. Don Antonio ¿habrá plazas en el cielo? Aunque hablando de distancias, por volver hasta la vida ¿Cuánto me cobra cochero? (Autor: Jorge Sosa)