Motivado por el triunfo en el Tour de un joven colombiano, me disponía a escribir sobre él y me he detenido en youtube escuchando a Julián Marías y a otros grandes de la Historia de España. Este gran discurso hecho en la época de mi adolescencia o juventud, es decir, en tiempo de Franco, representa lo que muchos que vivimos aquellos tiempos y fuimos educados entonces buscamos con pasión en los años 60 y 70 del siglo pasado. Franco intentó a su manera preparar esa casa para que sirva de plaza para todos los americanos de habla hispana y portuguesa. No por eso es un mal objetivo. Me apenó ayer ver que el gran triunfador colombiano, al dar las gracias se refirió con buenas razones a Italia, aunque habló en español y se comportó como un cariñoso hijo, hermano y esposo o novio de cultura española y católica. Lamenté que no ppudiera con razón daar gracias también a España. Creo que tampoco otro colombiano como Quintana ni otro fuera de serie como el espñol Rubén Plaza podrá alguna vez dar gracias a España por sus éxitos en el ciclismo. Tampoco lo pudo hacer Pomar en el ajedrez ni Bahamontes en el ciclismo. Àngel Fabregat.
Las nuevas generaciones deberían escuchar esta presentación asi dejar esos regionalismos absurdos que nos han llevado a separarnos de nosotros mismos y de España.
¡Que gran análisis! Surge por supuesto de la mente brillante de un hombre con un gran corazón donde habita Dios. No es así en el planteamiento cultural de los anglosajones, quienes en su imperialismo miran a la ingenua Hispanoamérica con la intención psicopatica del utilitarismo parasitario y expoliador. El gran espejismo de las "Naciones" de América del Sur es creer que son libres y soberanas cuando la realidad es que padece una subyugación inclemente. Mil y mil gracias por ésta entrega
