La velada organizada por la Universidad de Ámsterdam, con el respaldo de las embajadas de España y Chile, y el Instituto Cervantes comenzó literariamente, si estamos de acuerdo en que la literatura no es el lugar de las certezas. El título anunciado para esa noche era sugerente: tres narradores del tiempo y de la muerte. Edwards dijo de entrada que no le gustaba, que él es partidario de títulos sencillos y este era pomposo. No tenía idea de dónde había salido. Salvo que los organizadores se hubiesen tomado al pie de la letra el resumen de un ensayo que, entre otras cosas, les envió Edwards hace unos meses.
24 авг 2024