La psicología se le ha indicado un papel principal en la detección y atención de las fortalezas y debilidades de los niños escolarizados.
Desde los años 40 con la Teoría Maduracionista de Gesell, hasta finales del siglo XX, la mirada estuvo centrada en los pre-requisitos biológicos del desarrollo, que explicaban las respuestas escolares, a partir de la consolidación de las destrezas académicas y que actualmente se muestran insuficientes para describir este comportamiento.
El siglo XXI se caracteriza por dirigir el foco a otras aristas, específicamente el área socio-afectiva y sus diferentes variables, como garantes del éxito escolar en todos sus niveles. La dirección apunta hacia perspectivas inclusivas, contextualistas, multidisciplinares y ecológicas, como soporte referencial de organización de un macro marco referencial, que integre sin parcelar los contenidos educativos y sus agentes participantes: estudiantes, docentes, personal directivo y administrativo; tarea de gran dificultad que requiere la deconstrucción de los métodos y prácticas académicas tradicionales, para centrarse en la calidad, equidad e igualdad de la educación como prioridad, según las diferencias individuales en cuanto a los ritmos de aprendizaje, temperamento y experiencias previas de cada estudiante.
Esta reforma es factible y justifica una planificación distinta a la empleada hasta ahora; su aplicación y evaluación tiende a identificar los factores de riesgo y protección en los entornos de desarrollo, frente el amplio espectro de situaciones socio-académicas, en las que se encuentra para así atender la diversidad y las diferencias individuales.
👉🏼 𝗦𝗶 𝘁𝗲 𝗴𝘂𝘀𝘁𝗼́ 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼 𝘃𝗶𝗱𝗲𝗼 𝘀𝘂𝘀𝗰𝗿í𝗯𝗲𝘁𝗲 𝗮 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼 𝗰𝗮𝗻𝗮𝗹
👉🏼 𝗧𝗲 𝗶𝗻𝘃𝗶𝘁𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗮 𝘀𝗲𝗴𝘂𝗶𝗿𝗻𝗼𝘀 𝗮 𝘁𝗿𝗮𝘃𝗲́𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗱𝗲𝘀 𝘀𝗼𝗰𝗶𝗮𝗹𝗲𝘀:
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29 сен 2024
