"Es sólo una voz discordante en el coro de la Iglesia"
En esa forma, despectivamente, se refería a Sergio Méndez Arceo monseñor Jerónimo Prigione, delegado apostólico del entonces papa, hoy elevado a santo, Juan Pablo II.
La voz del obispo de Cuernavaca, en efecto, ofendía a los miembros de la jerarquía católica porque sus ecos resonaban de templo en templo, partiendo de la austera nave de la catedral de Morelos, hasta alcanzar la esplendorosa cúpula de la basílica de San Pedro.
En ella hallaban espacio los reclamos de los desposeídos, de los explotados por el capitalismo rampante, de los indefensos, de los oprimidos, de las víctimas del autoritarismo, todos aquellos que formaban las mayorías en México y en el resto de los países latinoamericanos. Programa conducido por el periodista Rafael Rodríguez Castañeda
17 июн 2021
