El primer presidente de la República Mexicana, Guadalupe Victoria, fue un aguerrido criollo que se unió a las fuerzas de José María Morelos durante la Guerra de Independencia, ampliamente reconocido por su valor en la batalla del Sitio de Oaxaca, durante la cual, al ver titubear a los soldados, arrojó su espada al campo enemigo y dijo: “¡Va mi espada en prenda, voy por ella!” Acto seguido se lanzó a recuperarla y se enfrascó en la lucha, seguido por sus hombres.
Guadalupe Victoria, cuyo verdadero nombre era José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, nació el 29 de septiembre de 1786 en Tamazula, Durango, conocida en ese momento como Provincia de Nueva Vizcaya, y estudió en la capital mexicana en el Colegio de San Ildefonso, pero muy pronto, inspirado por los ideales libertarios y republicanos, fue al encuentro del insurgente José María Morelos, y se unió a la causa independentista. Victoria destacó en el campo insurgente, especialmente en el sitio de Cuautla, de 1812 -en el que las fuerzas rebeldes vencieron a las realistas al mando de Calleja-, y en el sitio de Oaxaca del mismo año, en el que sus soldados lograron tomar la plaza y asestar un duro golpe al gobierno colonial. Para entonces decide cambiarse el nombre y adoptar el de Guadalupe Victoria, en honor a la Virgen de Guadalupe, y a la idea de la victoria que los insurgentes perseguían para crear una nueva nación: esto era algo sumamente importante para los mexicanos, que eran todos católicos.
Tras el fusilamiento de Morelos y de los grandes caudillos que lo acompañaron, la insurgencia quedó disminuida y sólo continuaron al pie de la lucha Nicolás Bravo, Vicente Guerrero y el propio Guadalupe Victoria en la sierra de Veracruz. Su papel en esa región fue estratégico, y logró controlar el Puente Nacional e impedir el traslado de las fuerzas españolas. Victoria utilizo la técnica de la guerrilla, pero después se vio obligado a esconderse en la selva veracruzana. Siempre se negó a aceptar el indulto que ofrecía el virrey a los rebeldes, y se mantuvo oculto. La gente pensaba, incluso, que había muerto. Pero al enterarse del nuevo plan de independencia, el Plan de Iguala, reapareció. Sin embargo, no estuvo de acuerdo con la implantación del primer Imperio mexicano, y muy pronto se unió al plan que derrocó y expulsó del país a Iturbide. En 1824 fue elegido presidente de la nación, para el primer mandato presidencial formal de la República Mexicana, y logró concluir su periodo normalmente, algo que no volvería a suceder hasta que Benito Juárez llegó a la primera magistratura. Estableció las primeras relaciones diplomáticas de México con países extranjeros, logró concretar la abolición de la esclavitud, y consolidar los ideales republicanos que lo animaron desde su juventud.
Murió en 1843, en Perote, Veracruz. Fue proclamado Benemérito de la Patria, y sus restos descansan en la Columna de la Independencia de México, junto con los de Hidalgo, Morelos, Allende y otros grandes héroes.
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27 сен 2022
