Enclavado en el pintoresco Valle del Tiétar, el pueblo de Piedralaves en Ávila se convierte en el escenario vibrante de tradiciones arraigadas. Entre las expresiones culturales que destacan, las danzas locales emergen como joyas vivas que narran historias ancestrales.
Una de las danzas más emblemáticas es "El Maquilandrón", una representación llena de simbolismo que evoca la eterna lucha entre David y Goliat. En medio de jotas serranas y seguidillas, este baile cobra vida cuando, de repente, aparece el Maquilandrón, un gigante que desafía a los bailarines. La danza se convierte en un teatro, donde los jóvenes luchan y son derrotados, solo para ser rescatados por un humilde pastorcillo armado con una honda, resucitando así el espíritu festivo.
Este ritual no es solo una serie de movimientos coreografiados, sino una manifestación palpable del arraigo de la comunidad a sus raíces. Las personas de Piedralaves no solo bailan; encarnan su historia, transmiten su identidad cultural y celebran la resistencia de su pueblo a través de cada paso.
La importancia de conservar estas danzas radica en preservar la memoria colectiva y fortalecer los lazos comunitarios. A través de generaciones, las personas de Piedralaves han mantenido viva la llama de su folklore, un patrimonio intangible que merece ser admirado y compartido.
“LA RONDA DEL CÁNTARO y LA RONDALLA DEL CÁNTARO”, ambos grupos son representantes del folklore musical de Piedralaves.
La instrumentación la componen guitarras, laudes, bandurrias, triángulo y el instrumento que da nombre al grupo, el cántaro (soplado).
23 сен 2024