El monasterio de San Pedro de Rocas, en el municipio ourensano de Esgos, proporcionaba cobijo a los monjes desde el siglo VI o incluso antes.
La iglesia es la edificación más antigua y la más importante del conjunto arquitectónico. Seis varones vivían como ermitaños en tres cuevas que hoy serían las ábsides. El lugar y la fecha convierten a Rocas en uno de los testimonios más antiguos del cristianismo en la provincia y el primer edificio monacal.
6 авг 2014