Crecer con Duki es lo mejor que me pasó, escuchar Rockstar, Hello cotto, etc y volverme loco con solo 14 años creyendo el rey del mundo no lo cambiará nunca. Y ahora que crecí junto a él, Mauro me enseña que el camino a la felicidad lo tienes que construir con sudor y lágrimas, pero cada lágrima será una sonrisa tuya y de tus seres queridos al final del camino. Gracias Mauro por ser una inspiración.