El último conde de Cerezo, y también conde Álava, fue Álvaro Herramelliz. Tras su muerte, todos sus dominios se incorporan al condado de Castilla bajo el gobierno de Fernán González y sus sucesores. Es posible que en esta época se construya un castillo sobre el antiguo Alcázar y se rediseñen las defensas que ya existían en forma escalonada o de niveles para ser defendidas a caballo y el empleo de torres albarranas en todo el perímetro de las murallas por su efectividad.
Cuando el condado de Castilla pasa a manos del reino de Pamplona y parte de su territorio es anexionado, el castillo de Cerezo y su alfoz pasa al dominio del reino de Pamplona. Es recuperado por Castilla tras la batalla de Atapuerca (1054).
Hay constancia de que el conde Gómez González tuvo en su poder la fortaleza al menos desde 1099 hasta 1110, en que lo era también de la de Pancorbo. En 1116 domina en ella Aznar Sanz y al año siguiente Eneco Fortunionis por el rey aragonés Alfonso I el Batallador de Aragón, que se lo había arrebatado a su mujer Urraca I de Castilla. En 1132 hasta el mismo rey se enorgullecía de controlar todavía Cerezo.
Una vez que perdió su importancia como plaza fronteriza, tras la incorporación definitiva de La Rioja al reino de Castilla, el castillo quedó apenas sin uso. En el siglo XV pasó a formar parte del señorío de los Velasco, condes de Haro y Condestables de Castilla, que reformaron la fortaleza para adaptarla a los nuevos avances en artillería. En 1531 se hizo un informe sobre el estado de la fortaleza y los reparos necesarios. A pesar de ello, en los siglos siguientes su deterioro fue progresivo. A fines del s. XVII se decía “que sus murallas y alcázar están arruinados, con poca capacidad en lo interior para mucha población” y medio siglo después Gobantes aseguraba que “aún se ven las ruinas de su antigua fortaleza”, estando totalmente arruinado a mediados del XIX. Con la guía de Gregorio Torres, profesor de historia del pueblo, visitamos lo restos del Castillo de Cerezo.
19 сен 2024