El Castillo de la Escalera INVERTIDA en Consuegra! (PROFECIA) 

Según la creencia islámica, en el año 1000 el mundo se daría la vuelta al revés! Descubre la escalera invertida! Consuegra, a 705 m de altitud, al sur de la provincia de Toledo, es una de las ciudades más antiguas y desconocidas de Europa. El nombre viene de “Cons Sacrum” (lugar sagrado), en clara referencia a la imponente colina de La Crestería, conocida popularmente como “El Cerro Calderico”, en cuya cumbre los pueblos prehistóricos elevaron sus altares a las divinidades; sobre ella, una fortaleza de origen califal rodeada de trece blancos molinos de viento, imagen que no verá repetirse en ningún otro lugar del mundo.El origen de Consuegra, como el de otras muchas poblaciones de la geografía hispana, se pierde en la noche de los tiempos. Su fundador, según la Mitología, fue Consaburano, hijo de Ceclope, rey de Grecia, nacido en Egipto, en el siglo XVI a.C.El padre Flórez, en su España Sagrada, elogia las bellezas y excelencias de esta ciudad, cuyo origen ha sido siempre una quimera. Según los manuscritos y las crónicas conservadas, en Consuegra se asentaron griegos, celtas, cartagineses, íberos, romanos, visigodos, musulmanes, templarios y hospitalarios. Fruto de ello es, sin duda, las diferentes denominaciones que ha tenido con el paso del tiempo. Antonino la cita en su célebre Itinerario, situándola a 28 millas de Alcázar de San Juan y a 40 millas de Toledo. Además, todo el sector antiguo está lleno de galerías subterráneas construidas en el siglo II a.C., durante los terribles asedios que tuvo que soportar el castro celtíbero por parte de los romanos.El cerro Calderico, sin estar relacionado con los Montes de Toledo, es la principal referencia espacial que extasía al visitante que llega a Consuegra; una vez arriba, desde su afilada cumbre podemos contemplar la más amplia planicie de la geografía manchega.El castillo, en el centro de la Crestería, es de origen califal, cuyos defensores, almorávides, lograron rechazar los asedios del Cid Campeador, quien perdió a su único hijo varón, Diego, en la batalla, como narra el romancero, a cuya memoria se levantó el arco y torre próxima al Ayuntamiento.