A 50 años del golpe de Estado subsisten en los intersticios de la memoria historias como la del encapuchado del Estadio Nacional, un ex militante de izquierda quien, luego del 11, colaboró con varios servicios de inteligencia -según su propia declaración-, transformándose en el aquel temido personaje que, oculto su rostro por una pañoleta con unos cuantos agujeros para ver y respirar, y acompañado siempre por militares, recorrió los pasillos de ese recinto entre octubre y noviembre de 1973, identificando a antiguos compañeros de ruta del partido y de los sindicatos en los que participó, muchos de los cuales fueron ejecutados o permanecen desaparecidos hasta hoy.
La figura del encapuchado constituye parte de la memoria y de un imaginario que el paso del tiempo ha desdibujado, tornando su propia existencia en una suerte de figura mitológica contradictoria, de la que nadie había llegado a conocer -hasta ahora- el verdadero rostro del hombre de carne y hueso que respiraba detrás de la aterradora e inquietante capucha con la que recorrió los pasillos del principal centro de prisioneros políticos del país, durante los meses de esa triste y fatídica primavera de 1973.
El documental realizado el año 2012
2 авг 2024
