Ángel Ramos del Río.
En el 2.004, julio, coincidí en unas vacaciones con un gendarme francés que había sido piloto de rescates en montaña. Hablando de cosas comunes, la montaña, me dijo que los pilotos de la Guardia Civil estaban locos, pero eran los mejores. Que él sentía pánico al verles trabajar, pero que si tuviese un accidente en un lugar complicado, le gustaría que fuesen ellos los que acudiesen a ayudarle. Y yo digo, bendita locura. Muchas gracias por estar ahí.
Todos.
14 окт 2013