Moisés Hassan, un exguerrillero que formó parte de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional que se creó tras el triunfo de la Revolución Sandinista el 19 de julio de 1979, vive exiliado en Costa Rica por criticar a Daniel Ortega. Desde ahí vive retirado de la vida política y viendo la instauración de una nueva dinastía, similar a la de Anastasio Somoza.
Hassan fue guerrillero, maestro, físico destacado como muy pocos en la Nicaragua de los setenta y ochenta. También ministro, alcalde, diputado y opositor.
En la actualidad y a sus 82 años, Hassan lucha contra un daño neurológico que le provoca dificultad para hablar y perdida del equilibrio, el cual es resultado de una golpiza recibida en marzo de 2019 por agentes policiales, sin embargo aún recuerda los encontronazos que tuvo con la dirigencia del Frente Sandinista y los nueve comandantes, además de las confiscaciones de las que asegura no haberse beneficiado. Todo ello lo llevó a renunciar definitivamente al FSLN en 1988 y a fundar su propio partido con el cual buscó la presidencia en 1990. Aunque la victoria fue para Violeta Barrios de Chamorro, Hassan logró una diputación.
Hassan dice que inesperadamente fue escogido como el quinto miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, de la cual renunciaría por discrepancias con los otros miembros, especialmente con Daniel Ortega y Sergio Ramírez.
En esta entrevista, Moisés Hassan hace un repaso por su agitada vida, desde la llegada de su padre de origen palestino a Nicaragua, hasta sus días más recientes en el destierro, tras ser confiscado y desnacionalizado por el régimen de su excompañero de armas, Daniel Ortega, y de su excuñada, Rosario Murillo, de quien considera que es “increíble que esa mujer ahora esté trastornada. Llena de odio. Si no fuera por el daño que hace, sería la cosa más cómica del mundo”.
15 окт 2024
