Esta es la historia de Pilar de Yzaguirre, 85 años y una vida de lucha, sacrificio, amor por el teatro, por su marido, por su familia y por la lucha feminista. "He vivido la Guerra Civil, la posguerra, la dictadura, la transición, la democracia y ahora la pandemia", dice. Su primer recuerdo son los bombardeos sobre Barcelona, que para sus hermanos parecían fuegos artificiales, y justo después los cristales de una ventana reventada que terminaron rodeando su cuna. Desde aquella niña que conoció lo que era el hambre hasta la abuela que hoy sonríe orgullosa al hablar de sus nietos y nietas, a los que pide "que no dejen en la cuneta a la mujer", una lucha que es vida y viceversa. De ella siempre dijeron: es la mujer que nunca acepta el no, que no acepta el imposible. Definitivamente no hay nada que la defina mejor.
De Barcelona a Murcia, donde su padre pensó que la familia se alimentaría y criaría mejor, se cría en una casa con muchos hermanos y muchos primos bajo el matriarcado de una abuela. La pasión por el teatro llega de la mano actor José Luis Gómez y, en parte, por una madre que iba a cantar al Liceo y que se empañaba en juntar a sus hijos todas las semanas. Allí está su primera referencia cultural. "La música ha estado siempre en mi vida, pero el teatro llegó casi como una casualidad", ha explicado. El otro punto fundamental de su vida, además de los focos, las butacas y el escenario: el feminismo. Formó parte del primer centro de planificación familiar que se creó en España, que trajo la píldora a muchas mujeres y les ofreció que controlasen la natalidad y las educó para decidir sobre su cuerpo.
Es esa dualidad, por la mañana la ficción y por la tarde la realidad de las mujeres obreras y trabajadoras del barrio madrileño de Vallecas a las se les ayudaba la que la conforma de alguna forma. "Tanto me preocupé porque las mujeres viniesen y cuidasen de su cuerpo que todo el mundo nos recibió bien y que era tan revolucionario en ese momento", explica emocionada.&nbs
24 мар 2021