La moraleja de esta narración pudiera sintetizarse en una sola palabra: CONFIANZA. Cuando una persona pierde la esperanza en alguien o algo, pierde su sentido interno y realista de sus propias capacidades. En cierta ocasión, un hombre devoto y dedicado al Creador de todas las cosas fue arrojado a una cueva llena de leones, y durante toda la noche hasta el amanecer, no sufrió ninguna herida que lamentar porque un ángel acudió en su ayuda.
Ningún ser humano está exento de experimentar dificultades traumáticas y dolorosas en el transcurso de su vida. En esos momentos, nuestra confianza en el Dios Todopoderoso se incrementa y nuestras invocaciones son elevadas con urgencia. Aunque pidamos ángeles, no siempre bajarán para auxiliarnos. Sin embargo, el Altísimo no nos desampara, y nos sorprende con algo inesperado e impredecible. Comparte esta historia con tus familiares, amigos, compañeros de trabajo y/o estudios. ¡Quién sabe, si uno de ellos, ha perdido la confianza en él!
15 окт 2024