Freud, a las puertas de la muerte y gravemente enfermo (como se ve al principio del capítulo usaba una prótesis de mandíbula), recuerda su relación con tres hombres con quienes tuvo una gran cercanía: T. Maynard, neurólogo y psiquiatra pionero a quien reconoció como uno de sus grandes maestros, su gran amigo y confidente W. Fliess y su colaborador, durante varios años, Carl Gustav Jung, este último particularmente mostrado como intolerante y cruel con el fundador del psicoanálisis, muy al contrario, por ejemplo, de la perspectiva ofrecida por Cronemberg en "Un método peligroso" (resulta obvio que la biografía está siempre influida por la actitud y preferencias de su autor y que, quizás, todos tengan un poco de razón). Aparece aquí representada la famosa discusión sobre la historia del faraón Akenatón, personaje sobre el que ambos hombres proyectaron tanto su perspectiva teórica, como su más profunda emocionalidad.
Otro elemento presente en este capítulo es la salida hacia el exilio en Londres; se cuenta que, al ser obligado a escribir una carta en la que eximía de malos tratos a los nazis, Freud escribió, junto a su firma, la frase "Recomiendo la Gestapo a cualquiera" (con esa habilidad para el sarcasmo y la ironía que le era tan propia). También se recrea el momento en el que recibe el premio Goethe de literatura.
Desafortunadamente no hemos podido recuperar el capítulo completo, pero no queríamos dejar de compartir lo rescatado (una transmisión del, ya desaparecido, canal "Momentum").
29 сен 2021