Muy emotivo...bellísima la prosodia de Omar Cerasuolo. Lo transmite con una calidad que me hace sentir esas letras, imaginar aquellas escenas que de alguna manera u otra me resultan familiar.
El Gran Héctor Gagliardi debe ser mirado cómo se mira una fotografía. Entendiendo el entorno en el que eso fue escrito. En ese momento, la vida era así. Tal vez el gran poeta estaría feliz de que hoy los padres y las madres compartan la responsabilidad de manera pareja. Pero como retrato de una época, es perfecto! Mirarlo con la lupa del presente es como decir que la Gioconda tiene ropa pasada de moda.