La Montaña Palentina forma parte de la Cordillera Cantábrica y se sitúa al norte de la provincia, haciendo frontera con León, Cantabria y Burgos. Es un territorio mucho menos frecuentado que su vecino, los Picos de Europa, pero de un gran valor tanto por la relevancia de su paisaje como de la naturaleza y el patrimonio que en ella podemos encontrar.
Las rutas de montaña que aquí podemos realizar, tanto andando como en bicicleta, van a estar condicionadas por la escasez de núcleos habitados pero también por la abundancia de pistas ganaderas que permiten el acceso a numerosos enclaves de estas montañas. La climatología es otro factor determinante a la hora de elegir un recorrido, se trata de montañas a gran altitud en las que el tiempo puede cambiar muy rápidamente, además de ser muy propensas a las nevadas.
Para está ocasión elegí un lugar emblemático de esta zona, el Pozo Curavacas, un lago de origen glaciar, uno de los muchos que se esconden bajos los circos formados por los hielos entre las cumbres cercanas. Se trata de un lugar de una belleza excepcional donde es difícil encontrase con alguien y en el que uno se siente muy pequeño, lo que sin duda ha propiciado las numerosas leyendas que sobre él se cuentan.
Para llegar hasta el Pozo Curavacas la ruta más sencilla parte de pueblo palentino de Vidrieros pero como ya sabéis que a mi me gustan los retos difíciles, elegí salir desde Cantabria, mas concretamente desde Villaverde en la Vega de Liébana y acercarme hasta allí por la vertiente norte, famosa por sus tremendos desniveles. La subida desde Ledantes es por una pista en buen estado pero muy dura, hay que salvar 900 metros de desnivel en 6 kms. La alternativa es subir desde Barrio, un poco más suave.
Al llegar arriba y pasar a la otra vertiente, aun en Cantabria, la vista te impresiona, aparecen ante ti los Puertos de Riofrio y el gran coloso de Fuentes Carrionas, Peña Prieta. Siguiendo con la ruta y una vez ya dentro de Palencia se suceden uno tras otro magníficos escenarios siempre con la presencia, como si de un telón de fondo se tratara, del Curavacas, inmensa mole que junto al Espigüete son las cimas más características de la Montaña Palentina.
De camino al Pozo Curavacas atravesaremos el Rio Carrión, que justo acaba de nacer en la cercana laguna De Fuentes Carrionas y posteriormente pasaremos junto al Chozo del Vés, un refugio construido por los pastores lebaniegos, pues son ellos los que tienen el usufructo de estos valles por acuerdos ancestrales. Aquí me llevé una grata sorpresa puesto que estaban reparándolo y de este modo pude conocer a Iván de Cucayo, gran conocedor de toda esta zona y experto montañero. Aquí os dejo un enlace a su canal de RU-vid
/ @kalizaviews185
Ya solo queda coronar la pequeña subida que nos separa de la vista del Pozo Curavacas, un lugar que no deja indiferente a nadie por su belleza y donde, al menos yo, siempre tengo el sentimiento de estar enfrentándome a una naturaleza pura y cristalina tal y como son sus aguas turquesas.
Os dejo aquí al enlace al track de la ruta, fueron 35 kms con 1.800 metros de desnivel positivos pese a que el Garmin no registró bien todo el recorrido y de ahí la diferencia de desnivel.
Para terminar solo decir que soy un gran enamorado de este territorio, ya se que suena mucho más exótico decir que te has ido a los Pirineos que al norte de Palencia pero por mi perfecto, que todo el mundo siga haciendo cola en los mismos sitios trillados y que nos deje a los que estamos dispuestos a hacer el esfuerzo por llegar hasta allí todas estas maravillas.
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25 окт 2024
