Los líderes africanos son conocidos por gobernar sus países con puño de hierro. A lo largo de los años, la mayoría de los líderes africanos han dirigido dictaduras para controlar cada aspecto del gobierno y las elecciones, asegurándose así de poder gobernar indefinidamente. Acompáñenos mientras exploramos a los tiranos más sanguinarios de África.
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Jean-Bédel Bokassa
Jean-Bédel Bokassa, también conocido como Bokassa I, fue un líder político y militar centroafricano que se desempeñó como segundo presidente de la República Centroafricana y emperador de su estado sucesor, el Imperio Centroafricano, desde el golpe de Estado de Saint-Sylvestre el primero de enero de 1966, hasta su derrocamiento en otro golpe en 1979. Durante este tiempo, Bokassa fue presidente durante aproximadamente once años y autoproclamado Emperador de África Central durante tres años, a pesar de que el país seguía siendo una dictadura militar de facto. Su gobierno imperial duró desde el cuatro de diciembre de 1976 hasta el veintiuno de septiembre de 1979. Tras su caída, la RCA fue restaurada por su predecesor, David Dacko. El título imperial autoproclamado de Bokassa no obtuvo reconocimiento diplomático mundial. Bokassa fue juzgado in absentia y condenado a muerte. Regresó a la República Centroafricana en 1986 y fue juzgado por traición y asesinato. Debido a una amnistía nacional en 1987, el jurado no emitió un veredicto sobre los cargos de canibalismo, aunque lo declararon culpable del asesinato de escolares y otros delitos. La sentencia de muerte fue posteriormente reducida a cadena perpetua, pero fue liberado en 1993. Bokassa llevó una vida tranquila en Bangui hasta su muerte en noviembre de 1996. El presidente François Bozizé rehabilitó póstumamente a Bokassa en 2010, aumentando su popularidad a pesar de sus conocidos crímenes y extravagancias.
Idi Amin
Idi Amin Dada fue un oficial militar y político ugandés que se desempeñó como tercer presidente de Uganda desde 1971 hasta 1979. Reinó como dictador militar y es recordado como uno de los déspotas más crueles de la historia moderna. Durante su reinado, Amin pasó de ser un presidente pro-occidental que recibía un gran apoyo de Israel a estar respaldado por Muammar Gaddafi de Libia, Mobutu Sese Seko de Zaire, la Unión Soviética y Alemania Oriental. En 1972, Amin expulsó a los asiáticos, la mayoría de los cuales eran ugandeses de origen indio, lo que llevó a India a romper relaciones diplomáticas con su dictadura. En 1975, Amin fue elegido presidente de la Organización de la Unidad Africana, una organización panafricanista dedicada a promover la solidaridad entre los estados africanos. Uganda fue miembro de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1977 a 1979. En 1977, el Reino Unido rompió relaciones diplomáticas con Uganda, y Amin declaró la victoria contra los británicos, añadiendo "CBE" a su título por "Conquistador del Imperio Británico". A medida que avanzaba la administración de Amin hasta finales de la década de 1970, creció la oposición a su persecución de grupos étnicos y disidentes políticos, así como la baja reputación internacional de Uganda debido al apoyo de Amin a los secuestradores PFLP-EO y RZ en 1976, lo que llevó a Israel a lanzar la Operación Entebbe. Luego intentó conquistar la Región de Kagera de Tanzania en 1978. El presidente tanzano Julius Nyerere respondió ordenando a sus fuerzas atacar Uganda. En 1979, el ejército tanzano y las fuerzas rebeldes tomaron con éxito Kampala, derrocando a Amin del poder. Amin se exilió primero en Libia, luego en Iraq y finalmente en Arabia Saudita, donde falleció en 2003. El mandato de Amin estuvo marcado por violaciones generalizadas de los derechos humanos, incluida la represión política, la persecución étnica, ejecuciones extrajudiciales, nepotismo, corrupción y grave mala gestión económica. Según observadores internacionales y grupos de derechos humanos, entre cien mil y quinientos mil personas fueron asesinadas durante su dictadura.
28 июн 2024
