Los torreznos son trozos de tocino cortados en tiras y que suelen presentarse fritos o salteados en sartén. Habitualmente quedan crujientes y dorados por el lado de la piel, lo que los convierte en apetecibles a los consumidores. Suelen comerse como tapa o como guarnición.
Un buen torrezno debe tener tocino y algo de coca entreverado (es decir, que tenga también algo de carne). Se trata de un alimento muy energético que aporta una gran cantidad de calorías a una dieta. En la provincia de Ávila se tomaban para desayunar.[1] También se freían y se introducían en una orza con aceite y manteca para ser consumidos simplemente calentándolos en cualquier época del año. El tocino entreverado que se ponía a secar en las cocinas con el humo del hogar también se consumía crudo aparte de servir para hacer el torrezno. Las tiras de tocino (panceta) que se utilizan para conseguir los torreznos se adoban con pimentón y orégano, lo que les da un sabor especial. En Extremadura el tocino crudo entreverado, seco y adobado se consume con el gazpacho. En Andalucía a los torreznos se les llama chicharrones. En Castilla el chicharrón es la manteca del cerdo frita, a partir de la cual se sacaba la manteca que se utilizaba para cocinar en lugar de aceite de oliva. Los chicharrones se freían en grandes calderas de cobre que se colgaban de las llares sobre el fuego. En la época de la matanza en La Torre (Ávila) se hacían también bollas de chichahorrones, es decir una hogaza de pan en la que se introducían los chicharrones. El torrezno también se utiliza en Salamanca y Ávila para hacer los hornazos juntamente con lomo de cerdo, chorizo y huevo cocido, que se consumen el Domingo de Resurrección, para romper la Cuaresma
26 сен 2024