Blake estacionó su coche frente a la imponente fachada del banco, donde el vidrio espejado reflejaba el brillo del sol de la mañana. Respiró hondo, sintiendo el aroma de la ciudad, el metal de los coches, el café de las panaderías, y luego dio los primeros pasos hacia las puertas giratorias de vidrio que lo llevarían al interior del edificio. Era una visita de rutina, algo que hacía de vez en cuando para asegurarse de que todo funcionaba bien. Quería observar el movimiento, verificar los sectores y asegurarse de que la atención al cliente estuviera a la altura de los estándares que él y sus socios habían establecido.
Al entrar, su mirada aguda inmediatamente comenzó a analizar cada detalle. El vestíbulo principal del banco era espacioso, decorado con mármol claro y columnas imponentes que daban un aire de solidez a la institución. Los clientes esperaban en filas organizadas, los cajeros realizaban transacciones con rapidez y precisión. Las paredes estaban adornadas con cuadros minimalistas, y el aroma sutil de café se mezclaba con el suave murmullo de conversaciones y el sonido de teclados siendo presionados.
Sin embargo, había algo en la mirada de Blake que parecía desconcertar. Tal vez fuera su traje perfectamente ajustado o su postura confiada, pero no pasó desapercibido. Sus pasos lentos y calculados, observando a los empleados y analizando el funcionamiento de cada sector, llamaron la atención de los guardias de seguridad. Hombres que estaban allí para proteger el banco, pero que, al verlo, con su piel negra y solo, no lo reconocieron. No como uno de los dueños, no como alguien que estuviera allí para velar por el orden. Para ellos, Blake era una amenaza.
Dos guardias de seguridad se miraron, sus expresiones se endurecieron en una mezcla de desconfianza y hostilidad. Sin darse cuenta, Blake caminaba hacia una tormenta que no había previsto. Estaba demasiado concentrado en su trabajo, examinando cada detalle, desde la disposición de los cajeros hasta el comportamiento de los empleados. En cada sector que pasaba, hacía anotaciones mentales, preparado para informar a sus socios todo lo que estaba funcionando y lo que necesitaba ser mejorado.
Sin embargo, cuando Blake se acercó a la zona de atención VIP, los guardias lo interceptaron. El primer hombre, con una mirada severa y postura rígida, se puso frente a él, bloqueando su camino.
- Señor, ¿puedo ayudarlo? - dijo el guardia, con una voz cargada de desconfianza.
Blake, sorprendido, sonrió levemente, creyendo que solo se trataba de un malentendido.
- Solo estoy verificando cómo están las cosas por aquí, no se preocupen - respondió en un tono tranquilo y controlado.
Pero los guardias no se calmaron. El segundo, un hombre robusto de ojos entrecerrados y brazos cruzados, dio un paso al frente.
- ¿Verificando? ¿Usted trabaja aquí? - preguntó, con un tono afilado como una navaja, sugiriendo que la presencia de Blake era inapropiada.
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14 окт 2024
