ESCAPAR DEL EDIPO: LA IDENTIFICACIÓN CON EL AMADO | cap 13 PENSANDO CON FREUD 

De verdad que gracias

Te agradezco mucho este comentario, se lo voy a enseñar a Luis

Mil gracias

Gracias a ti, así me animas a seguir

Me pregunto si será cierta esa anécdota que dice que cuando Freud llegó a América había gente en el muelle aplaudiendo para recibirle y él se giró y comentó a su acompañante: "no saben que les traigo la peste"

Gracias a ti, de verdad

Sí, voy a trabajar ese tema en capítulos posteriores. Es muy importante

Ver los canales a los que estás suscritx, tu foto de perfil y tu nickname, no me calza para nada con alguien interesado en estos temas, me explota la cabeza. Creo que desde ahora tengo fe en la humanidad...

Gracias a ti!

Pues sí, varias veces en mi vida me he enganchado al mate... Me encanta. Una vez tuve una novia de Uruguay y me regaló uno.

@@CarlosLiria He allí el rasgo de carácter presente!

Está muy bien lo que dices, y desde mi punto de vista tienes razón. Pero el propio Sartre no paró de pensar en su relación con Freud. El capítulo de El ser y la nada sobre el psicoanálisis existencial me parece una obra maestra. Pero el propio Satre lo dice: "Este psicoanálisis aún no ha tenido su Freud..." Queda mucho por pensar ahí, mucho que trabajar. Es, podríamos decir, un psicoanálisis sin el biologicismo de Freud e, incluso, sin la hipótesis del Inconsciente. ¿Es eso posible? Yo creo que sí. Yo mismo estoy en ello.... aunque con mis indudables limitaciones... Pero no olvidemos el respeto infinito de Sartre hacia Freud. Incluso llegó a escribir una película sobre él, no?

Tendrá que contestarte él a esto... Me arriesgo a aportar una cosilla, por si interesara (aunque no haya experimentado nunca con drogas interesantes, alcohol exceptuado). Aunque las drogas puedan ser potentes, sin objeto al que anclarse no deberían dar efectos duraderos -- y para eso las drogas bien pueden ser un medio, pero no son realmente el objeto de deseo pues no anclan... en nada concreto, sino quizá en el principio de realidad en general, es decir en lo más inabarcable que hay. Más claro, una cosa es poderte enamorar, y otra cosa es ese Objeto Bello del que te enamoras (digo Objeto porque me parece que todos somos Objeto en tanto somos Cuerpo y no sólo alma, aunque el Amor parece que afecta al superyó muy notablemente, y por lo tanto debe tener efectos en el yo, que ahora tendrá "otros ideales a que atenerse, y bajo los cuales comportarse"). O sea que se cuidará de manipular como mero objeto a aquello que ama, sino que sobre todo intentará estar a la altura del alma (lo cual hace primar a la razón, pues hacer feliz a alguien requiere observar el principio de realidad, y seguir caminos muy determinados). Confrontar el principio de realidad es muy positivo, aunque como en el Quijote, ello no excluye lo catastrófico... más bien al contrario. En el amor, se extrae placer del sufrimiento, del dolor, una vez que se ha sabido aceptar el principio de realidad, y al mismo tiempo, uno se ha sabido impotente (como un niño, dice José Luis Villacañas) para la tarea que la realidad exige. Hacer feliz a alguien ¿acaso es posible? ¿Desde un pobre yo, desde un individuo limitadísimo? Es imposible, pero claro, no deja de intentarse. Ésa es la influencia grandiosa del superyó, que en frase de Villacañas, hace que nos comportemos de una forma que inspira afecto y respeto. O en frase de Liria, sería el ejemplo que pone del Llanero Solitario, que en realidad es un yo que obecede a su superyó quijotesco. En su novela Julia, Rousseau dice algo sobre lo que sugieres en tu frase "...o es simplemente una manera distinta de relacionarnos conscientemente con los síntomas." Así dice el fragmento: "usted, Julia, no puede conocer al género humano. ¡Cómo! En torno a usted, rindiendo tributo a su Belleza y a su Alma honesta, todos alteran su conducta, quiéranlo o no, pues es imposible acercarse a usted sin desear merecer su compañía. Y eso es lo que sólo se merece a base de parecerse a usted. Así que cuando están con Usted, ellos son otros, están cambiados. Y usted, en el centro de todo, sólo ve a esas personas ya cambiadas, pues todas cambian al acercársele, necesariamente. No, usted no sabe nada de cómo son ellos, cuando usted no está presente -- usted no puede conocer realmente a la humanidad, ni la podrá conocer jamás en su vida". Remataría diciendo que el libro de Carlos Liria, Sexo y Filosofía, es toda una respuesta a esto que planteas, "encontrar la manera distinta de relacionarnos con nuestros síntomas". Recuerdo que leí Sexo y Filosofía, y Julia o la nueva Eloísa de Rousseau, más o menos a la vez... y las piezas encajaban como un reloj suizo (perdón por el chiste malo).

Me debería dar vergüenza añadir algo más, pero hay una serie de televisión que me parece clave para mostrar todo esto. The virtues (está en Filmin).

En realidad, como vamos a ver, lo que molesta no es propiamente el Ello, sino el Superyo, lo que pasa es que no hemos llegado a eso... En todo caso, en mi opinión, por supuesto que bastan unos miligramos de ciertas drogas para desbaratar todo ese montaje psíquico. Te tomas un poco de LSD o unas setas y todo se va al carajo... Otra cosa es que no puedes vivir así..., en un cuelgue continuo... pero eso demuestra la pura artificialidad gratuita de lo que estamos llamando destino psíquico

Me dejas perplejo con esa cita de Julia... Ojalá la hubiera tenido antes. Y por supuesto, si hablamos de drogas, el amor es una de las más potentes...

@@CarlosLiria La cita le pega mucho a alguna tesis tuya, sí. La buena de Julia sólo puede conocer Llaneros Solitarios. No es casual lo que Rousseau opina de la vida retirada (la llanura solitaria) en el campo...

Pues creo que sí... aunque también puede ser que estén reconciliados con sus síntomas, contentos de ser los imbéciles que son... Esto les pasa a muchos pedantes. El capítulo siguiente creo que abordo ese tema